La forma de aplicación de la ozonoterapia en la hernia de disco, dice Secko, es a través de infiltraciones intervertebrales intramusculares regionales, según la ubicación del disco lesionado. Se aplica el gas transformado en líquido en la parte afectada con la ayuda de una jeringa.
Este procedimiento se efectúa en forma ambulatoria, en consultorio, dos a tres veces por mes hasta cumplir diez a quince sesiones, de acuerdo a la evolución del paciente y el grado de la hernia.
Explica que el procedimiento logra los siguientes resultados en los pacientes:
* Acelera la degradación en el núcleo pulposo degenerado, lo que lleva a la reabsorción y deshidratación de la hernia discal que es responsable de la compresión nerviosa y causante del dolor.
* Neutraliza los productos tóxicos que se liberan con la ruptura del núcleo pulposo y que producen inflamación del mismo.
* Es hidrofílico. Esto quiere decir que produce la reducción del edema local ( lo arrastra, se lleva consigo el agua acumulada en la zona afectada) deshidratando la hernia y la zona inflamada. De esta manera se logra calmar el dolor y descomprimir el nervio afectado.
* Aumenta la capacidad que tiene la sangre de absorber y transportar oxígeno a todo el organismo mejorando la circulación y las funciones celulares en general.
* Elimina los mediadores químicos de la inflamación, como la histamina, reduciendo la inflamación en el lugar de la hernia.
* Interfiere con la liberación de los péptidos nociceptivos, que son las sustancias que participan en la sensación del dolor.
* Produce cambios en los glóbulos rojos, estimulando la circulación sanguínea en la raíz nerviosa; interrumpiendo los mecanismos de isquemia e intoxicación ácida causados por la hernia.
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