Otro motivo que puede causar miedo a los niños es un cambio de casa. La nueva habitación puede despertar su imaginación hacia lo desconocido. El miedo a la oscuridad, normalmente, aparece a la hora de dormir. Cuando un niño pide a sus padres que no le apaguen la luz, puede estar queriendo alargar su día y también desear no tener miedo de estar en la oscuridad.
También, la poca visión hace volar la imaginación y sospechar que la oscuridad esconde a personas desconocidas o monstruos debajo de su cama, dentro de su armario o detrás de las cortinas de su habitación. Un simple ruido puede representar una nueva amenaza, que viene de algún fantasma o de otra criatura de su imaginación. En muchos casos, la oscuridad representa el fin del día, el término de las actividades y de los juegos. Cuando llega la oscuridad, los padres se van y ya no se puede leer ni jugar, ni hacer nada divertido. En ese caso, no se trata de miedo y sí de inquietud por lo que ya no puede hacer, por la impotencia.
Soluciones contra el miedo a la oscuridad de los niños
- Cuando los padres identifican que el rechazo de su hijo está relacionado al fin de las actividades, porque lo que quiere es seguir jugando y estar con sus padres, no existe otro remedio que ser firmes. Es la hora de irse a la cama y despedirse con un beso. El niño acabará aprendiendo que sus excusas no funcionan y se dormirá.
En el caso de que los padres valoren que su hijo tiene miedo y está muy asustado, no se debe menospreciar la situación. En este caso, se debe hablar con el niño, demostrarle cariño y comprensión. Conviene prestarle un poco más de atención, contarle un cuento alegre y positivo o charlar sobre las experiencias del día. Le ayudará a distraerse hasta que concilie el sueño. Las pequeñas luces en los enchufes de las paredes o las lámparas de luz tenue son una buena solución para que el niño no esté en total oscuridad y suele dar buenos resultados. Otra alternativa es regalar al niño un muñeco o un peluche que le haga compañía o que necesite de su cuidado, pues le ayudará a sentirse más arropado. Para que el niño se sienta más seguro, no cierres las puertas de las habitaciones o deja alguna luz encendida como la de un pasillo, por ejemplo.
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