Tanto la presión arterial como la tasa de aceleración del flujo pulsátil son fundamentales en la propagación de la disección. Pero la disección puede permanecer limitada a la aorta ascendente y al área valvular aórtica, especialmente si no hay presencia de hipertensión o esta ha sido controlada en forma adecuada.
Existen diferencias entre la patogénesis, presentación clínica y tratamiento de la disección aórtica y la ruptura de los aneurismas aórticos, por lo cual el término “aneurisma disecante” no debe ser utilizado.
Las nuevas técnicas imagenológicas de ecocardiografía transesofágica, resonancia magnética y tomografía axial computadorizada helicoidal, han permitido un diagnóstico más temprano y exacto de la patología de la aorta, aun en situaciones de urgencia. Cuando no se logran el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado.
La arterioesclerosis es la principal causa de formación de aneurismas aórticos.
Clasificaciones
La clasificación de disección aórtica de Stanford diferencia entre disección Tipo A y Tipo B. Tipo A es la disección que compromete la aorta ascendente, y la Tipo B la que no compromete esta aorta.
La clasificación de De Bakey subdivide la disección en Tipo I (que compromete toda la aorta), Tipo II (que compromete la aorta ascendente) y Tipo III (de la aorta descendente).
Nuevos estudios han demostrado que la hemorragia, los hematomas intramurales y las úlceras aórticas pueden ser signos de subtipos de disección, por lo que una nueva diferenciación ha sido propuesta por Svenson y colaboradores en cinco Clases.
La disección puede ser aguda o crónica. Es crónica si han pasado más de 14 días del evento agudo, o si ha sido encontrada incidentalmente. Las clasificaciones de Stanford y de De Bakey son las más prácticas y populares.
Cuadro clínico
Dolor de comienzo súbito que alcanza la máxima intensidad desde el inicio. A medida que la disección avanza, el dolor puede cambiar de localización. El dolor es descrito como cortante. Es diferente del dolor del infarto de miocardio, en que la intensidad aumenta con el tiempo.
La hipertensión está frecuentemente asociada con disección aórtica distal.
El dolor torácico puede estar ausente, lo cual es indicativo de disección aórtica crónica. Más del 20% de los pacientes con disección aórtica crónica pueden presentarse como un cuadro sincopal sin historia de dolor torácico o hallazgos neurológicos. Después de un cuadro de dolor, la falla cardiaca puede ser el síntoma principal, y se relaciona frecuentemente con insuficiencia aórtica severa.
El taponamiento cardiaco puede resultar en hipotensión y síncope.
Todo paciente con sospecha de disección aórtica debe ir a una de las técnicas imagenológicas, mientras se establece el diagnóstico. Debe ser trasladado a una unidad de cuidados intensivos para monitoreo continuo.
Fuente: Fernando Vargas y Mabel Gómez, Fundación Santa Fe de Bogotá
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