olivia tiene uno de los índices más altos de preeclampsia, una de las patologías más temidas del embarazo y tercera causa de muerte materna. Sin embargo, esta enfermedad puede prevenirse planificando los embarazos y acudiendo al control prenatal desde el primer mes de gestación.
Según las definiciones médicas, la preeclampsia es la hipertensión de reciente comienzo con proteinuria (presencia en la orina de proteínas en una cantidad superior a la normal) después de las 20 semanas de gestación.
Mientras que la eclampsia es la presencia de convulsiones generalizadas inexplicables en pacientes con preeclampsia.
La eclampsia es una de las primeras causas de mortalidad materna a nivel mundial, nacional y departamental. La primera causa en Bolivia son las hemorragias, seguidas de las infecciones y de la eclampsia. Doce de cada 100 embarazadas presentan este último problema.
En Chuquisaca, según datos del Servicio Departamental de Salud (SEDES), en 2017 se atendieron 65 casos de preeclampsia severa. En Potosí, el SEDES informó a ECOS que se atendieron 33 casos durante el año pasado.
Atenciones
De acuerdo con información proporcionada a ECOS por la directora del Hospital Gíneco Obstétrico de Sucre, María Elena Ponce, el Programa de Detección Temprana de Malformaciones Congénitas y Preeclampsia atendió desde su creación, en 2017, un total de 1.075 pacientes derivadas al servicio de genética.
Ellas fueron evaluadas en el primer y segundo trimestre de gestación.
De ese número, 41 dieron positivo, o sea que el 4% de las pacientes presentaba algún tipo de malformación fetal. “Una cifra bastante elevada y preocupante para nuestro hospital porque solo son de Sucre”, expresa Ponce.
De los 41 embarazos con complicaciones, 14 tuvieron que interrumpirse porque tenían severas malformaciones incompatibles con la vida, según la Sentencia Constitucional 0206/2014. Esto representa que la primera causa de interrupción de embarazo es por malformación congénita (1.3%).
Dicha sentencia establece que la mujer podrá acceder a un aborto legal y seguro en los casos que el embarazo sea producto de: violación, incesto (violación por un familiar cercano), estupro (cuando la víctima es menor de edad), y cuando como resultado del embarazo su vida o salud corra peligro.
Otro factor de riesgo para que ocurran malformaciones o preeclampsias es la edad de las mujeres embarazadas: están en riesgo las que tienen menos de 18 años y las mayores de 35. Sin embargo, las 41 embarazadas con complicaciones a las que se refirió Ponce estaban dentro de la edad óptima de reproducción, entre 20 y 30 años.
Importancia de controles
Según la doctora Ponce, las mujeres llegan a tener preeclampsia porque no cuentan con un proceso de atención primario y oportuno, es decir, cuando no acuden a hacerse el control prenatal.
Los síntomas más llamativos que muestran que una embarazada está con preeclampsia son: la subida de su presión, cefalea, visión borrosa, ruido en el oído, mareos y pies hinchados.
Así, muchas veces las pacientes llegan al hospital Gíneco Obstétrico (referidas principalmente del norte de Potosí y de Aiquile, Cochabamba) en situación crítica y convulsionando; y el personal de salud tiene que agotar todos sus conocimientos e insumos en su atención.
Ponce dice que la situación de una paciente con convulsiones es crítica por las consecuencias que puede tener en la salud de la mujer, como la pérdida del habla, entrar en estado de coma y, finalmente, morir.
“Si alguna vez esas pacientes logran sobrevivir a esa situación, quedan con secuelas irreversibles; por ejemplo, cierto retardo mental o una discapacidad físico motora producto de una hemipleaia o una hemiparesia”, manifiesta.
En cambio si una mujer encinta acude a un establecimiento de salud de primer nivel para someterse al control prenatal, lo primero que le hacen es medirle la presión arterial y controlar su peso para que no suba de golpe. Con esos controles se puede evitar y prevenir muchos problemas de salud.
Detección temprana
Actualmente el Hospital Gíneco Obstétrico, también conocido como Hospital de la Mujer, es el único nosocomio público a nivel nacional que ha implementado desde 2017 un programa de detección temprana de malformaciones congénitas y preeclampsia.
El médico asesor genético Joel Vargas explica que allí, a través de varios estudios, se detectan malformaciones congénitas del bebé y la preeclampsia en estadios tempranos.
No obstante, el galeno aclara que estos estudios o cribado prenatal (consiste en utilizar un test o prueba en una población de mujeres embarazadas y, a partir del resultado de ese cribado, se puede identificar a las embarazadas de alto riego) también se realizan en el hospital privado Arco Iris, en La Paz.
“El Programa de Detección Temprana de Preeclampsia ayuda a identificar y tratar a tiempo a las pacientes con riesgo para que no lleguen a tener una preeclampsia severa o una eclampsia”, enfatiza él.
La atención en este programa es gratuita. Se ampara en el seguro cubierto por la Ley 475 y, en consecuencia, está dentro de las prestaciones de atención del Hospital de la Mujer.
Todos los centros de salud de primer y segundo nivel conocen del programa y derivan a las pacientes con ciertos problemas, que son captadas entre la semana 11 y 13 de embarazo.
Entonces, los médicos de los centros de salud preparan una hoja de referencia al consultorio de genética del Gíneco Obstétrico para que allí se haga una valoración a la paciente, se abra su historia clínica y se clasifique si el feto está con alto o bajo riesgo genético.
Vargas explica que durante el primer trimestre del embarazo, una vez que se tiene la edad gestacional, se hace una ecografía y se programa un estudio de laboratorio.
En el segundo trimestre, la programación se realiza en la semana 17; se trata de un estudio de laboratorio para determinar el “alfa feto proteína suero materno”, y en la semana 20 se programa una ecografía genética morfológica.
Alto o bajo riesgo
Con esos cuatro estudios en dos trimestres, se tiene el diagnóstico final, es decir, se sabe si la paciente está con alto riesgo genético o bajo riesgo genético.
Vargas detalla que en los casos de bajo riesgo genético se le da a la paciente el alta por el servicio, pero ella debe seguir con controles normales en su centro de salud.
En cambio en los de alto riesgo genético, a través del programa se hace seguimiento mediante estudios de ecografía.
En los casos con malformaciones congénitas graves –que son incompatibles con la vida–, los progenitores deben solicitar la interrupción del embarazo basándose en la referida sentencia 0206/2014. •
La ecografía para alteraciones y otros factores
Hasta hace no mucho las embarazadas solo se tomaban ecografías para saber en qué posición estaba el feto o con el fin de conocer su sexo. Investigaciones demostraron que esos estudios son vitales para detectar alteraciones y factores que puedan desencadenar una hipertensión, la principal causante de la preeclampsia y la eclampsia.
Mediante el Programa de Detección Temprana de Malformaciones Congénitas y Preeclampsia del Hospital Gíneco Obstétrico también se puede determinar si una embarazada tiene alto o bajo riesgo de desarrollar preeclampsia o eclampsia durante el primer trimestre de la gestación.
La preeclampsia se puede prevenir antes de desarrollar los síntomas, informa el médico asesor genético Joel Vargas.
El tratamiento preventivo consiste en tomar aspirina y calcio en dosis que solo un especialista en gíneco obstetricia determina, de acuerdo con cada paciente. La embarazada se debe hacer controles mediante ecografías bisemanales.
En este marco, la directora del Gíneco Obstétrico, María Elena Ponce, recuerda a ECOS que antes las embarazadas acostumbraban acudir a su primera cita con el ginecólogo en el cuarto o quinto mes de embarazo, pero ahora la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda hacer una captación temprana a las ocho semanas.
Hipertensión
La hipertensión surge por causas hereditarias y por factores propiamente del embarazo; cualquier mujer podría desarrollarla, aclara la doctora Ponce. Además, ningún embarazo es igual a otro: el primero puede ser fácil y el segundo, difícil o al revés.
Otros factores que pueden contribuir a desarrollar una preeclampsia son: el consumo de drogas, cigarrillos, alcohol y el no consumo de ácido fólico. La especialista dice que en Bolivia no se tiene la costumbre de consumir ácido fólico, por eso ocurren las malformaciones a nivel cerebral y del sistema nervioso.
“Lo ideal es que una mujer se prepare para el embarazo pero, en realidad, en nuestro país el embarazo ‘sorprende’ a las mujeres”, apunta.
Ácido fólico
Lo recomendable es que una pareja planifique un embarazo y, unos tres meses antes de concebir, ambos consuman ácido fólico, que ayuda al desarrollo correcto del sistema nervioso el bebé.
También deberían hacerse estudios de glicemia y control de la presión arterial. Así se previenen hasta el 70% de las malformaciones genéticas y el síndrome de Down, asegura Vargas.
El ácido fólico se encuentra en el pescado, las espinacas y, en general, en todas las verduras de hoja verde. El hígado de pollo es el que tiene la mayor concentración de este ácido.
No obstante hay ácido fólico en tabletas, como complemento nutricional. “En otros países se fortifican con ácido fólico otros alimentos como la harina, fideos, galletas y otros”, dice el galeno.