En concreto, el SOS es de dos a tres veces más habitual en mujeres que en hombres. Esta patología se caracteriza por la aparición de una sensación seca, áspera y persistente en los ojos, que surge porque la persona carece de la cantidad suficiente de lágrimas.
"Las superficies de la conjuntiva y la córnea contienen receptores que, por efecto de las hormonas sexuales cuya producción se ve alterada durante la menopausia, modifican la cantidad y la calidad de la película lagrimal", explica el director médico de Clínica Baviera, Fernando Llovet.
"Este problema -añade el experto se puede corregir mediante el uso de colirios especiales o lágrimas falsas que deben ser prescritas por un oftalmólogo".
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