La terapia de sustitución hormonal (TSH) es un tratamiento médico para mujeres en la menopausia, utilizado para contrarrestar las molestias causadas por la disminución de la cantidad de hormonas (estrógenos y progesterona). Dichas molestias van desde bochornos, depresiones, irritabilidad, sequedad vaginal, etc.
Este tratamiento creado para elevar artificialmente los niveles de hormona, ha sido utilizado sin mayores cuestionamientos por muchos años, ya que mejora la calidad de vida de la mujer que cursa la menopausia, amén de que otros estudios científicos demostraran también que eran efectivos contra algunas enfermedades como la osteoporosis. No obstante, hace un tiempo, un estudio llamado WHI cambio rápida y dramáticamente la opinión sobre el uso de hormonas, haciendo que médicos y mujeres entren en pánico.
“Después del estudio WHI quedó una psicosis mundial de que las hormonas producían cáncer de mama; entonces cada vez menos médicos y mujeres las utilizan. Después de este estudio se han hecho investigaciones sobre el tema y los informes científicos reivindican la utilidad de las hormonas. Lamentablemente, esta información no ha llegado a la comunidad en general como lo hizo el estudio WHI”, dice Ronald Aparicio Yuja, ginecólogo obstetra de la Clínica Los Olivos.
Antes del WHI había un entusiasmo enorme por la utilización de hormonas porque la Terapia de Sustitución con estrógenos, además de mejorar la calidad de vida, podía tener un impacto importante en la reducción de la mortalidad de las mujeres por prevención de riesgo cardiovascular isquémico. Sin embargo, el estudio WHI tiró por tierra casi todo lo que se sabía y por el contrario aseguró que las mujeres que recibían hormonas tenían mayor riesgo de contraer cáncer de mama y que lo único que en realidad disminuía era el riesgo de padecer osteoporosis.
“Fue un boom a nivel mundial porque fue muy publicado en revistas y distintos medios, pero el problema fue que el estudio WHI mostró resultados sesgados en muchos aspectos. En primer lugar el grupo de pacientes que abarcaba este informe era un grupo de cualquier edad, no selecto, incluso con mujeres mayores de 60 años que nunca recibieron hormonas y además algunas de ellas eran obesas y con factores de riesgos importantes que dispararon los resultados”, explica Aparicio.
TERAPIA DE SUSTITUCIÓN HORMONAL
Respecto del estudio WHI, nunca se mencionó que uno de los brazos era el estudio con solamente estrógenos. La Terapia de Sustitución Hormonal es una combinación de estrógenos y progesterona en mujeres que tienen útero porque la progesterona se utiliza para proteger el endometrio de la proliferación excesiva que puede producir el estrógeno; entonces cuando se la asocia con progesterona se disminuye el riesgo de cáncer de endometrio que esa es en realidad la única indicación para utilizar esta asociación.
La Terapia con sólo estrógenos ha mostrado por su lado beneficios en la reducción del cáncer de mama, además de mejor calidad de vida y evitar la osteoporosis.
“Hay estudios nuevos que demuestran que la terapia sólo con estrógenos en mujeres que han tenido previamente cáncer de mama las ayuda porque por el tratamiento que reciben para tratar este tipo de cáncer les ocasiona más bochornos que las que no han tenido este mal. De hecho, estudios indican que siete veces más mujeres con cáncer de mama recurren a la terapia con hormonas”, dice el especialista.
En marzo del 2011 en clínicas obstetras de Norteamérica un informe planteó si es posible la Terapia de Sustitución Hormonal después del cáncer de mama.
“Probablemente la utilización sólo de estrógenos sí sea la alternativa para estas mujeres, por lo que debe haber una reivindicación a esta terapia porque los riesgos incluso de cáncer de mama son menores cuando se toman hormonas. Antes se decía que pacientes con cáncer de mama estaban contraindicadas pero ahora los estudios científicos demuestran lo contrario”, explica Aparicio.
En general, se sigue haciendo terapia de estrógenos con progesterona en mujeres que tienen útero, siempre debe haber esta combinación en estos casos porque el estrógeno aumenta el riesgo de cáncer de endometrio y la progesterona lo que hace fundamentalmente es oponerse al efecto del estrógeno en el endometrio. Es como un antagonista.
“Esta asociación sí aumenta el riesgo de cáncer de mama, pero la idea es que se utilice la dosis mínima suficiente con la cantidad menor posible de progesterona; incluso hay alternativas para no dar progesterona vía oral. En realidad como sólo interesa que actúe en el útero existen sistemas de liberación de progesterona sólo en esta área, por ejemplo con dispositivos que se pueden utilizar como Terapia de Sustitución Hormonal. La cantidad liberada por este dispositivo es prácticamente intangible en la sangre entonces tiene mucho menos impacto en otros tejidos como la mama”, asegura Aparicio.
LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN
La primera recomendación es que se inicie la terapia precozmente antes de que se instalen los efectos negativos que trae consigo el que el organismo ya no produzca hormonas.
“Por ejemplo, cuando una mujer deja de producir hormonas comienzan a aparecer las placas de ateroma en las arterias que son las que producen la arterosclerosis y el efecto del estrógeno es impedir que se forme esta placa de ateroma. Sin embargo, si esta placa ya se ha formado y se utilizan hormonas, puede ser contraproducente ya que puede ocasionar que se liberen dichas placas predisponiendo a la mujer a fenómenos tromboembólicos”, explica.
Por ello y otros aspectos como la reducción de la masa ósea (osteoporosis) es que es ideal iniciar la Terapia de Sustitución Hormonal lo más precozmente posible y no tenerle miedo al tiempo de uso de hormonas.
“En cuanto al tiempo de uso se debe entender que el problema es cómo retirarle las hormonas a una mujer que ha mejorado mucho su calidad de vida con esta terapia. La respuestas es simplemente el médico de cabecera (ginecólogo) debe ver en cada consulta porque en realidad este tema está en constante evolución”, asegura Aparicio.
La menopausia se inicia cuando hay una declinación de la función ovárica que comienza más o menos alrededor de los 40 años pero esto puede variar en cada mujer. Es importante que los especialistas tomen en cuenta esta declinación y comiencen a darles la terapia de sustitución de hormonas, así se podrá prevenir enfermedades importantes y mejorar considerablemente la calidad de vida de la mujer.
La menopausia no es una enfermedad sino parte de la vida de la mujer por un proceso natural del organismo. No obstante, esta etapa puede suponer un deterioro de la calidad de vida y un aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, entre otras, por lo que se deben adoptar medidas necesarias de prevención. Por ello es importante que se acuda a un ginecólogo mínimo una vez al año.
“La menopausia tiene un impacto en la calidad de vida y al no utilizar hormonas prácticamente se las condena a vivir más años en la menopausia”, dice el especialista.
SÍNTOMAS
Se debe saber que no existe una regla general. Hay por ejemplo pacientes terriblemente sintomáticas que comienzan con depresión, calores y están irritadas pero su periodo sigue completamente normal y por este motivo no se les da hormonas. Otras pacientes no presentan ningún síntoma de los mencionados pero ya tienen periodos cortados.
En ambos casos el especialista debe considerar darles la Terapia de Sustitución Hormonal, ya sea para mejorar sus síntomas o para prevenir enfermedades.
“La expectativa de vida antes era mucha más corta, pero ahora es mayor, por lo que al no darles esta terapia se las condena a vivir casi la mitad de su vida sin hormonas con todo lo que esto implica. Cualquier mujer en edad menopáusica es candidata a recibir la terapia, siempre y cuando sus beneficios superen sus posibles riesgos. Los ginecólogos tienen que volver a explicar las ventajas de la terapia hormonal”, concluye Aparicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario