Sus conclusiones se publican en la revista Disaster Medicine and Public Health Preparedness. En concreto, tras analizar a fondo toda la literatura científica publicada sobre el tema, los investigadores recomiendan: Lavarse las manos con agua y jabón, durante al menos 20 segundos, después de estar en contacto con un enfermo.
Llevar una mascarilla. Instalar filtros de aire o purificadores de aire portátiles. Controlar la temperatura y la humedad: altos niveles de temperatura y humedad matan o “desarman” a los virus. Instalar en la habitación del enfermo una luz ultravioleta, que es antimicrobiana, también puede resultar eficaz.
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