Richard Larson y Stan Finkelstein, ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), han investigado durante cinco años qué medidas no farmacológicas pueden minimizar el contagio de la gripe. Y han llegado a la conclusión de que podemos evitar que las personas con las que convivimos nos transmitan el virus aplicando cinco medidas básicas.
Sus conclusiones se publican en la revista Disaster Medicine and Public Health Preparedness.
En concreto, tras analizar a fondo toda la literatura científica publicada sobre el tema, los investigadores recomiendan:
Lavarse las manos con agua y jabón, durante al menos 20 segundos, después de estar en contacto con un enfermo.
Llevar una mascarilla.
Instalar filtros de aire o purificadores de aire portátiles.
Controlar la temperatura y la humedad: altos niveles de temperatura y humedad matan o “desarman” a los virus.
Instalar en la habitación del enfermo una luz ultravioleta, que es antimicrobiana, también puede resultar eficaz.
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