Para cada anciano, una dieta. La profesional aclara que si bien es cierto que en esta etapa el requerimiento de vitaminas y minerales es importante, esto no es suficiente, ya que la intervención y el acompañamiento de una persona es fundamental para su cumplimiento. "Cada dieta varía según el metabolismo de cada persona, por ello es indicado que se consulte individualmente. Deben comer de todo, excepto aquello que tengan prohibido por causa de sus enfermedades de base", enfatiza la médico.
¿Cómo debe ser la dieta? La dieta debe ser nutritiva, variada, aceptable y apetitosa. Sencilla y de fácil preparación y se debe presentar en 4 o 5 fracciones de comidas al día. La dieta rica en proteínas tiene que ser de origen diverso, como verduras y cereales.
Evitar las frituras. La médico recomienda arroz, garbanzo y trigo para suplementar los aminoácidos esenciales. Asimismo, para obtener proteínas de origen animal la leche descremada, quesos magros, requesón, pollo sin piel, pescados blancos y azules y de 2 a 3 huevos a la semana tienen que ser consumidos. "Los alimentos se deben ingerir cocidos a la plancha y al vapor para aprovechar las sales minerales y vitaminas que desprenden, evitando las frituras", añade.
Frutas y jugos. La profesional pone énfasis en el consumo de las frutas y verduras, las cuales deben ser frescas y "los jugos tienen que consumirse al momento de su elaboración". "Tomar de 1 a 2 litros de agua y no abusar de bebidas alcohólicas, ni café, ni té, ni comidas muy condimentadas", explica Godoy.
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