“Otra vez este molesto dolorcito en mi pecho” piensa María (nombre ficticio) cuando aprieta el brazo contra su costado; pero, como el reloj no tiene pausa y debe llevar a las niñas al colegio mentalmente anula las señales de advertencia que su cuerpo le está mandando una y otra vez.
Así va pasando una y otra semana hasta que un día María ya no solo siente la molestía o el dolor, sino que esta vez puede palpar en su pecho un pequeño gránulo, -casi del tamaño de un arroz-, esto sí la saca de su ritmo habitual y hace una pequeña pausa en sus tareas domésticas. Por un momento respira profundo y luego comienza a temblar.
Es que aunque María no tiene la certeza de la causa de la anomalía la idea del cáncer se va profundizando en su mente y hasta teme nombrarlo, y no es para menos, puesto que el fantasma del cáncer de mama es una de las enfermedades más temidas en la sociedad actual, ya que ésta no discrimina a la hora de atacar.
Lamentablemente Bolivia, -y menos Cochabamba-, no cuenta con una estadística real del incremento de casos que se dan en territorio nacional, pero de acuerdo a profesionales locales se sabe que en Cochabamba la cifra se incrementó considerablemente los últimos años.
PLAN DE ATAQUE
Como María está asustada lo primero que hace es comentar los síntomas con su mamá y luego con sus amigas, las que le aconsejan que no se asuste que ya pasará; pero, que por las dudas acuda a su ginecólogo.
Un buen consejo, puesto que en el mundo, entre la población femenina, el cáncer de mama es segunda causa de muerte y la primera el cáncer cervico uterino; por lo tanto, todas la mujeres sin ningún tipo de exclusión deberían estar más conscientes en su salud.
Su primera referencia la lleva al Complejo hospitalario Viedma para hacer cita con el ginecólogo Jimmy Montaño del Granado, quien empieza su historial preguntando ¿cuándo realizó su última visita al ginecólogo? y María vuelve a temblar porque reconoce que no tenía tiempo para ello.
Montaño asegura que lamentablemente la enfermedad tiene mucha incidencia en este departamento, pero también asegura que “a medida que la ciencia aporta más conocimiento sobre la biología de los tumores de mama, permite que avancen los tratamientos; la clave es la detección precoz”, y que por lo tanto la mamografía y la ecografía son diagnósticos eficaces para detectar un tumor antes de que sea palpable.
Sin duda, el diagnóstico temprano es el mejor aliado del paciente puesto que el pronóstico y la tasa de sobrevivencia a la enfermedad es mayor, en estos casos.
Según María, ella no necesitaba de los controles porque es una mujer joven, pero Montaño asegura que existe una modificación de conducta en el tema; por lo tanto todas las mujeres deben realizarse controles anuales a partir de los 25 años, más si existen casos de la enfermedad en la familia.
“Ignorar el tema o tenerle miedo no es útil a la hora de diagnosticar temprano un tumor mamario. La única forma de tratar el cáncer de mama con excelentes chances de curación es que las mujeres se hagan los chequeos de rutina” enfatiza Jimmy Montaño.
Sin temor, hay que
controlarse las mamas
El radiologo Alexander Encinas asegura que Cochabamba cuenta con los mejores equipos de detección digital de gran precisión a nivel nacional y que por lo tanto se puede detectar con mayor prontitud cualquier problema latente.
En cambio en el pasado no era así, como lo recuerda Alberto Darras, el cual trajo a su centro de diagnóstico el primer mamógrafo, -en 1988-, y que apenas llegó comenzó a realizar los primeros estudios, “lamentablemente por aquella época los diagnósticos eran tardíos. Eran casos en los que poco o nada se podía hacer” asegura el galeno.
En cambio ahora existe una cultura básica de concienciación en cuanto al tema, y aunque no tiene índices altos, con estos estudios se puede estar un paso adelante de la enfermedad.
“No puedo asegurar que las pacientes que llegan a realizarse este estudio sean de forma preventiva o vienen ya con un diagnóstico ginecológico” asegura Encinas, lo cierto es que poco a poco la enfermedad se puede encontrar en estadios cada vez más iniciales, lo que otorga el 90 por ciento de probabilidad de vencer la enfermedad.
Asimismo Darras asegura que algunos centros de diagnóstico de la ciudad cuentan con el equipo adecuado para realizar las biopsias o las lesiones sospechosas, sin provocar daño a la mama.
“La experiencia y el trabajo con la nueva tecnología nos permite dar diagnósticos más certeros, porque mientras más modernos son los equipos mayor seguridad en el diagnóstico” asegura Alberto Darras.
También afirma que el paciente debe buscar un centro de atención profesional que pueda brindar un adecuado diagnóstico, puesto que en algunas oportunidades se ha visto en el dilema de avisarle a la paciente que su estudio anterior estaba erróneo y que por lo tanto no pudo contar con un diagnóstico oportuno.
“La mamografía es uno de los exámenes más demandantes de la radiología y que requiere de mucha pericia y precisión en el diagnóstico”, afirma el doctor Alberto Darras.
Si usted decide llevar a cabo autoexámenes de las mamas, cerciórese de hacerlo aproximadamente de 3 a 5 días después del comienzo del período menstrual, tiempo durante el cual las mamas no están tan sensibles o con protuberancias. Si usted ha llegado a la menopausia, realícese el examen el mismo día cada mes.
* Primero, acuéstese boca arriba. Es más fácil examinarse el tejido mamario si está acostada.
* Coloque la mano derecha por detrás de la cabeza. Con los dedos del medio de la mano izquierda presione suave pero con firmeza haciendo movimientos pequeños para examinar toda la mama derecha.
* Luego, estando sentada o de pie, examine la axila, ya que el tejido mamario se extiende hasta esta área.
* Presione suavemente los pezones, verificando si hay secreción. Repita el proceso en la mama izquierda.
* Utilice uno de los patrones que se muestran en el diagrama para constatar que esté cubriendo todo el tejido mamario. Luego, párese frente a un espejo con los brazos a los lados.
* Mire las mamas directamente y en el espejo. Busque cambios en la textura, como hoyuelos, arrugas, abolladuras o piel que luzca como cáscara de naranja.
* Igualmente observe la forma y el contorno de cada mama.
* Revise para ver si el pezón está hundido. Haga lo mismo con los brazos elevados por encima de la cabeza.
La mayoría de las mujeres tiene algunas protuberancias.
El objetivo es encontrar cualquier cosa nueva o diferente. Si lo hace, llame al médico de inmediato.
La mamografía es la radiografía de la mama realizada con un equipo especial llamado “mamógrafo”, que con bajas dosis de radiación puede detectar lesiones tanto benignas como malignas. Hay que realizarse una de base a los 35 años y cada dos años hasta los 50. A partir de los 50 años la mamografía debe ser anual. En esta oportunidad la mamografía señala que María cuenta con un pequeño quiste y que hay que extirpar en una sala quirúrgica.
¿y si fuera cáncer qué?
Antes de entrar a la sala de estudio María respira profundo, sus manos están húmedas por la transpiración. El corazón le late con tal fuerza que comienza a sentir mareos. La boca está seca y los ojos ausentes de la realidad y es que María está consciente de las muchas situaciones que podría enfrentar de ahora en adelante, pero por ahora solo siente el frío de la mesa de operaciones.
Luego de unos minutos que el médico extrae el quiste y lo llevan a laboratorio del patólogo a realizar la biopsia.
El oncólogo Gonzalo Rojas señala que existe una incidencia de 99 por ciento de probalidad de cáncer de mama en la mujer y que hay un 1 por ciento de probabilidad en el varón; en ambos casos la forma de estudio y de control de la enfermedad es el mismo y por lo tanto el momento oportuno para pelear contra el cáncer es en la clonación de las células, es decir en su fase inicial; pero al no existir esta ventaja se debe proceder a la intervención quirúgica “todo se orienta hacia terapias menos invasivas y más eficaces para cada caso”, asegura el profesional.
Nuevamente Rojas hace énfasis en la necesidad de encontrar la enfermedad en la fase inicial, porque luego que el cáncer rompe la membrana y comienza a ramificarse o lo que comúnmente conocemos como metastasis.
Los minutos se hacen eternos en el quirófano y aún no llegan los resultados del patólogo... pero en un instante un sobre cerrado entra a quirófano y el médico tratante indica que pueden cerrar la herida puesto que solo se trata de un fibroadenoma de mama benigna. Es decir que no había la presencia de cáncer.
María atravesó por una crisis muy profunda, tanto física como mental, y que en muchos casos no tienen la misma suerte. Sólo el diagnóstico previo es la cura para el cáncer de mama. ¡No tenga temor anímate a tocarte!
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