Según el Centro de Educación e Información para la Salud (CEIS), de esta cantidad de personas menos de la mitad sabe que padece el mal y menos de la cuarta parte tiene acceso a medicamentos para tratarlo.
La primera reacción cuando alguien se entera que tiene diabetes es negativa, explica la psicóloga del CEIS Lorena Alarcón. “Tiene negación, ira, rabia, tristeza... hay de todo: gente que piensa que se le ha acabado el mundo, se le ha acabado la vida, hay también depresión, depende de la persona”, explica.
Sandra Verduguez, directora del CEIS, tiene diabetes desde hace 18 años. Dice que fue difícil asumir aquella situación “porque estaba embarazada y tenía diabetes gestacional. En vez de engordar empecé a enflaquecer y tenía mucha sed, muchas ganas de ir al baño, estaba mareada y débil. Cuando fui al médico, éste no me dejó salir e ingresé a terapia intensiva”, recuerda.
Por la situación en la que se encontraba tuvo que realizar cambios en su alimentación de manera inmediata, pues lo que más le interesaba era que su bebé naciera sano. “No he tenido opción, he tenido que aprender a comer sanamente”, asegura.
Según el Ministerio de Salud, la mortalidad por diabetes ocurre más por las complicaciones que la enfermedad genera en la salud de las personas que por su misma naturaleza.
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