El estudio, publicado en la revista Pharmacology, Biochemistry and Behavior, se basa en la tesis de que el comportamiento adictivo podría estar asociado a un débil desarrollo del sistema hormonal de la oxitocina durante la primera infancia.
La oxitocina u “hormona del amor”, aparte de estar relacionada con los patrones sexuales, también mejora nuestras interacciones sociales y la conducta maternal y paternal.
Así, según Femke Buisman-Pijlman, autora del estudio, la falta de capacidad para hacerle frente a una adicción podría estar vinculada a un escaso desarrollo de los sistemas de la oxitocina.
Los bebés nacen con niveles de oxitocina en sus cuerpos, gracias a los que se crea muy fácilmente el vínculo madre-hijo.
Sin embargo, nuestros niveles de oxitocina siguen creciendo hasta los 3 años, por lo que este sistema queda sujeto a distintas influencias, tanto internas como externas, que pueden mermar o mejorar su desarrollo.
De esta forma, la oxitocina podría reducir la sensación de placer que ofrecen las drogas y la sensación de estrés, pero solo si el sistema de oxitocina se ha desarrollado adecuadamente.
TRATAMIENTO EN ANOREXIA NERVIOSA
La oxitocina, un químico cerebral conocido como "hormona del amor", está resultando prometedor como potencial tratamiento para la gente que padece el desorden alimenticio conocido como anorexia nerviosa, según una investigación de científicos británicos y coreanos.
En estudios de pacientes con anorexia, los investigadores hallaron que la oxitocina alteró sus tendencias a la fijación en imágenes de comidas que engordan y siluetas corporales grandes, sugiriendo que podría desarrollarse como tratamiento para ayudarlos a superar sus obsesiones poco saludables con la dieta.
De forma natural la oxitocina se libera durante el sexo, el parto o la lactancia.
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