"Hemos visto que hay dos tipos de microbios en el intestino: buenos y malos", explica una de las investigadoras, Maria Moore, estudiante de la Universidad Estatal de Louisiana, en Estados Unidos. "Los microbios buenos, como las bífidobacterias y las bacterias del ácido láctico, se dan un festín con el chocolate. Cuando se come chocolate negro, crecen y lo fermentan, produciendo compuestos que son antiinflamatorios", afirma esta experta.
"Las otras bacterias en el intestino están asociadas con la inflamación y pueden causar gases, hinchazón, diarrea y estreñimiento. Éstas incluyen algunos clostridios y bacterias de ´E. Coli´", concreta esta autora del trabajo que se presentó en el foro científico que se celebra en Dallas, EEUU.
El director de la investigación, John Finley, también de la Universidad de Louisiana, relata que cuando estos compuestos son absorbidos por el cuerpo, disminuyen la inflamación de tejido cardiovascular, reduciendo el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular a largo plazo. Según Finley, éste es el primer estudio que examina los efectos del chocolate negro sobre los diversos tipos de bacterias estomacales.
El director de esta investigación cree que las personas pueden experimentar aún más beneficios para la salud al combinar el chocolate negro con frutas sólidas como las granadas y el acai, una palmera nativa del norte de Sudamérica que da un tipo de fruto.
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