“El uso crónico y a dosis altas de estos fármacos puede producir numerosas reacciones adversas, algunas de las cuales pueden poner en riesgo la vida del paciente si se dan las condiciones necesarias. Como ejemplo, en Estados Unidos se estima que las reacciones adversas causadas por la administración de AINEs suponen más de 100.000 hospitalizaciones y unas 16.000 muertes cada año”.
Administración indiscriminada
El profesor Tamargo explica que los efectos de una administración indiscriminada de estos fármacos, puede producir irritación del tracto gastrointestinal que, en ocasiones, puede llevar a la aparición de úlceras con riesgo de hemorragias y de perforación (este riesgo aumenta en los mayores de 60 años, en pacientes con antecedentes de gastritis y úlceras, tabaquismo y en los tratados con corticoides y/o anticoagulantes). A nivel renal, pueden producir diversos tipos de lesiones y facilitan la retención de sal y agua (edemas). La Insuficiencia hepática aguda puede aparecer con el paracetamol a dosis altas, más cuando se toma con otros productos lesivos para las células hepáticas, o en pacientes con historia previa de enfermedad hepática. Muy importante es el aumento de la presión arterial, lo que dificulta el control del paciente hipertenso. En niños pueden aparecer cefaleas, mareos, acufenos y somnolencia. También, fotosensibilidad, reacciones de tipo alérgico, asma y broncoespasmo. Incremento del riesgo de hemorragias, particularmente si el paciente está tomando fármacos anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios.
Más consumidos
De este grupo de medicamentos, el ibuprofeno fue el principio activo más utilizado en términos absolutos y su consumo casi se cuadriplicó en los últimos años. “Cuando se consume el paracetamol a dosis demasiado altas, se produce también una gran cantidad de sustancias tóxicas que el hígado no puede depurar, produciéndose así el daño en el propio hígado”, advierte la Fundación Española del Aparato Digestivo. “Sin embargo, es el analgésico-antitérmico más seguro para los pacientes con enfermedad hepática siempre que se tome a las dosis adecuadas”.
Riesgos según la edad
“Debe limitarse la utilización de ‘aspirina’ en menores de 18 años, y en pacientes mayores de 65 años se presenta un mayor riesgo de aparición de reacciones adversas”, prosigue el profesor Tamargo. “Se debe evitar el uso de ‘aspirina’ y salicilatos en los procesos febriles de origen viral, como la gripe, o tras recibir la vacuna de la varicela, en niños menores de 10 años, ya que existe el riesgo de desarrollar un cuadro grave, en ocasiones mortal, que afecta al hígado y al cerebro, denominado síndrome de Reye”, concluye el experto.
Para el ibuprofeno, que se asocia a un ligero incremento de riesgo cardiovascular, el Comité de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Europea de Medicamentos aconseja una administración de máximo 1.200 mg/día.
Ingresos hospitalarios
Un estudio español reciente comprobó que en la red pública sanitaria de Galicia, hubo 268 ingresos hospitalarios por los efectos del paracetamol, en cinco años. Esta cifra representa solo el 0,1% de las hospitalizaciones, pero no deja de servir como advertencia, pues, como señala la investigación, “en los últimos años se ha observado un cambio en la tendencia de la prescripción de paracetamol desde dosis de 500 mg a dosis de 1g”, pero doblar la dosis de paracetamol no aumenta la eficacia en la misma medida y sin embargo sí duplica su toxicidad.
Su uso debe estar bajo vigilancia médica pues “contrarrestan las acciones de la mayoría de los fármacos antihipertensivos, por lo que contribuyen al mal control de las cifras de presión arterial y obligan a incrementar la dosis o a combinar varios antihipertensivos”., afirma el profesor Tamargo.
Para evitar cualquier tipo de percance que se pueda derivar del uso común de estos medicamentos, el profesor Tamargo recomienda: seleccionar los AINEs menos irritantes y utilizar fármacos protectores de la mucosa gástrica; evitar asociar un AINE con otros fármacos neurotóxicos; no superar la dosis indicada en el prospecto, sobre todo en el caso del paracetamol; en caso de intervenciones quirúrgicas, indicar al cirujano o dentista el uso de estos fármacos; evitar la automedicación y, por último, no asociar dos medicamentos del grupo de los AINEs.
Paracetamol
Indicación: Dolor de intensidad moderada: dolores postoperatorios, reumáticos, lumbago, tortícolis, ciática, neuralgias, dolores musculares, menstruales, de cabeza y dental. Fiebre.
Efectos adversos: Malestar y bajada de tensión, alergias, bajada de glucosa y alteraciones del hígado y del riñón. Es la causa más frecuente de fallo hepático agudo en EE. UU. y Europa occidental.
Aspirina (Ácido acetilsalicílico)
Indicación: Dolores ocasionales leves o moderados, como los de cabeza, dentales, menstruales, musculares (contracturas) o de espalda (lumbalgia). Estados febriles.
Efectos adversos: Úlcera de estómago y de intestino, sangrado gastrointestinal, dolor del abdomen, digestión pesada, ardor, acidez, molestias gástricas, náuseas y vómitos.
Ibuprofeno
Indicación: Fiebre, dolor de intensidad leve o moderado, migraña, artritis, artrosis, espondilitis anquilosante, inflamación no reumática y menstruación dolorosa (entre otros).
Efectos adversos: Gastrointestinales (úlceras pépticas, hemorragias, perforaciones...); cardiovasculares (riesgo de sufrir un ataque cardiaco o cerebral) y trastornos renales y hepáticos.
QUICKIE
El Ibuprofeno también puede reducir la capacidad del cuerpo para formar coágulos de sangre.
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