"Los años más importantes para fortalecer los huesos es hasta mediados de los 20. Alrededor de los 35 años, se produce una pérdida gradual de la densidad mineral ósea debido a los procesos naturales de envejecimiento", explicó Rocío Río de Loza, especialista.
Hay que incorporar hábitos saludables como una dieta sana y equilibrada que incluya calcio y vitamina D para mantener la masa ósea adecuada durante la edad adulta.
Para ello, durante la infancia se recomienda ingerir una variedad de frutas y verduras, carbohidratos como las papas, pasta, arroz y pan (preferiblemente integrales).
Las proteínas como las carnes, huevos, frejoles, nueces y semillas también son importantes.
Ya en la vida adulta, lo mejor es consumir muchas verduras, caldo de pescado, pollo o res preparado con huesos de animal, cereales integrales, semillas de sésamo y de girasol, entre otras cosas.
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