Cada vez hay más estudios que se empeñan en señalar hábitos que pueden ser tan malos como fumar. Por poner un ejemplo: quedarse sentado todo el día o comer demasiada grasa. Pero, ¿realmente es tan grave? Pues hemos revisado varios de esos mismos estudios para ver hasta qué punto es tan grave como afirman. En la mayoría de caso no nos están mintiendo.
Los siguientes seis hábitos te exponen a los mismos contaminantes que el humo del cigarrillo o conducen a tasas de cáncer equivalentes a los causados por el tabaquismo. Afortunadamente, son fáciles de solucionar. Tan sólo necesitas introducir algunas modificaciones en tu rutina y así, tu corazón y tus pulmones se quedarán tranquilos.
Estar sentado todo el día:
Incluso si haces ejercicio regularmente, pasar mucho tiempo sentado, ya sea delante del ordenador o en el coche, se vincula a diversos problemas de salud. Según el Alberta Health Services-Cancer Care en Canadá, la inactividad se relaciona anualmente con casi 160.000 casos de cáncer de mama, de colon, de próstata y cáncer de pulmón. Y supuestamente, dos tercios de la mayor cantidad de casos de cáncer son causados por el tabaquismo.
La solución: Tómate descansos durante la jornada laboral. Levántate. Sal y camina unos minutos para ir al baño, ve por una botella de agua… Pero no te quedes ahí sentado hasta la hora de comer o la hora de salir. En casa, resiste la tentación de vegetar en frente del televisor. Sal a dar un paseo por el vecindario para relajarte, levántate para limpiar, para redecorar la casa…o fija una fecha de gimnasio .
Comer mucha carne o queso:
Las proteínas animales son ricas en IGF-1, una hormona que puede promover el crecimiento de células cancerígenas. Un estudio de la Universidad del Sur de California, publicado recientemente en el diario Cell Metabolism, descubrió que las personas con edad media acostumbradas a dietas con un alto nivel de proteína animal, tienen cuatro veces más probabilidades de morir de cáncer frente a las personas con una dieta baja en este tipo de proteína. Un riesgo de mortalidad comparable al del tabaquismo.
La solución: Reemplaza algunas de las proteínas animales con proteína vegetal. El mismo estudio descubrió que las dietas altas en proteínas de origen vegetal como los frijoles, que tienen niveles de proteína equivalentes a algunas carnes, y además no desencadenan el mismo impacto en las tasas de cáncer. En general, los adultos de mediana edad deben comer 0,8 gramos de proteína por cada 2 kilos de peso corporal al día. Curiosamente, el estudio constató que una vez se supera la edad de 65 años, comer mucha proteína animal no es tan perjudicial porque la producción de su cuerpo de IGF-1 comienza a disminuir.
Cocinar con gas natural:
Aporta una dosis adicional de monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno y formaldehído o metanal cada vez que se cocina. Tres contaminantes comunes en el humo del cigarrillo. Además, un estudio publicado en diciembre de 2013 en la revista Environmental Health Perspectives descubrió que estos tres compuestos presentes en los hogares en las estufas de gas, por ejemplo, superan las directrices de la sanidad pública norteamericana.
La solución: Usa la campana de ventilación cuando utilices el fuego o la estufa de gas (o de butano).
Cocinar con el aceite equivocado:
Incluso si tienes fogones eléctricos en casa, no eres inmune los efectos contaminantes de la cocina. Hay estudios que han demostrado que la alta temperatura de cocción con manteca o aceite vegetal libera partículas, aldehídos e hidrocarburos aromáticos policíclicos, compuestos que se encuentran en el humo del cigarrillo y que a su vez, están vinculados a la inflamación de las vías respiratorias.
La solución: Escoger el tipo de aceite de cocina que mejor se adapte a tu uso y tus necesidades. Por ejemplo, el aceite de oliva es el aliado perfecto bien para cocinar a baja temperatura o como aderezo para las ensaladas. El aceite de aguacate, en cambio, es ideal para cocinar a altas temperaturas. No te olvides de encender la campana de ventilación.
Las cabinas de bronceado:
Un estudio reciente de la Journal of the American Medical Association estimó que el bronceado artificial que se consigue en las cabinas provoca aproximadamente 420.000 casos de cáncer de piel en EE.UU. cada año. Por contra, fumar causa unos 226.000 casos de cáncer de pulmón.
La solución: Aprender a amar tu piel (pálida o con un poco de color natural) es el primer paso. Pero si realmente deseas un brillo natural, come más zanahorias y tomates, tal y como sugiere un estudio publicado en la revista Evolution and Human Behavior. Ambos alimentos son ricos en carotenoides, lo que aumentará su tono de piel. Así no tendrás que preocuparte de exponer tu piel a radiación artificial.
No dormir lo suficiente:
Probablemente, esto te pondrá de mal humor: la privación crónica del sueño puede desencadenar una presión arterial alta, ataques al corazón, derrames cerebrales, obesidad y una serie de problemas de salud a tener en cuenta. Incluso, un estudio descubrió que el no descansar entre seis y siete horas al día conduce a tasas de mortalidad similares a las observadas en personas fumadoras. Pero son tan importantes las horas que duermes como la calidad del sueño, porque cuando se interrumpe el ciclo propio del sueño profundo, el crecimiento de los tumores se puede acelerar.
La solución: No asumas que estar cansado es lo normal. Si te sientes decaído o eres consciente de que no duermes lo suficiente ni bien, habla con un profesional. Quizás sufres algún problema como apnea que interrumpe tus horas de descanso.
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