En las páginas anteriores, se presentaron los principales aspectos a conocer sobre la gota. Después de revisar los principales apuntes de la medicina tradicional, completamos la visión desde el punto de vista de la homeopatía. Una metodología que nació gracias a un médico alemán hace 200 años y que se ha ido extendiendo por todo el mundo.
El médico homeópata español, Carlos González, explica a Más Salud que la homeopatía es una disciplina, una herramienta que trabaja en el sistema energético de las personas y también en el cuerpo físico. Esta medicina trabaja con elementos naturales y con su información cuántica, mediante un sistema de dinamización y dilusiones del sistema energético.
“Todo lo que nos ocurre a nivel físico está generado desde una serie de conflictos mentales y emocionales”, agrega el especialista español que radica en Cochabamba.
Las causas
Desde la bioneuroemoción (una disciplina en la que entra la homeopatía), por tratarse de problemas articulares, González explica que la gota responde a una falta de flexibilidad emocional, ya que las articulaciones nos dan las flexibilidades físicas traducidas desde la flexibilidad o rigidez emocional en algún aspecto de su vida.
“La gota, en un 60 % de los casos, empieza en el dedo gordo del pie, que es el que manda a la hora de hacer el camino en la vida. Hay un conflicto de dominio. Generalmente, el que sufre de gota suele ser una persona que quisiera expresar más alguna dificultad que tiene o quisiera dominar un aspecto de su vida que no está pudiendo dominar”, afirma.
Por otra parte, el especialista señala que la gota cursa con dolor, el cual trae consigo culpa. “La culpa es un castigo que nosotros engendramos a partir de un autojuicio. Nos sentimos culpables cuando nos miramos desde el inconsciente, nos juzgamos y vimos que no somos suficientes. Esos sentimientos de culpa profunda se manifiestan”, expone.
González resume así las causas: dolor y culpa, rigidez y falta de flexibilidad y dificultad en expresar un dominio.
El experto enfatiza que cada persona es un mundo, tiene sus propias circunstancias y apreciación de lo que le pasa en su vida. Existen causas diferentes que afectan al yo (relacionado con el hígado). “Mientras no resuelvas esos conflictos ninguna medicina te va a salvar. Es importante que las personas empecemos a mirarnos y a entender nuestros propios conflictos y desde ahí empezaremos a sanar”, resalta.
La gota y la energía masculina
¿Por qué la gota afecta mayormente a varones? La homeopatía tiene una respuesta que no tiene que ver con el tema genético ni fisiológico.
“El hombre tiene una energía y la mujer tiene otra. El hombre tiene una necesidad de dominancia que no tiene la mujer. Son cuestiones que tienen que ver con el carácter de la persona. Para el hombre el mando es mucho más importante. El dominio y el mando son energías muy masculinas”, sintetiza González luego de revisar las causas de la gota. Lo físico está al servicio de la parte energética de las personas, recalca el especialista.
La posibilidad de reversión
“Todo es reversible”, afirma González y explica que por ejemplo, si la gota es de 20 años atrás, tratarla es más complejo.
“La medicina convencional no entiende que el síntoma es la expresión de un conflicto, si tú lo tapas o lo suprimes, lo que estás haciendo es cronificar la enfermedad”, indica.
El médico homeópata apunta que cuando hay personas con medicación, la reversión de la enfermedad es más compleja. Pero cuando ha sido recién diagnosticada y no es muy severa, la posibilidad de reversibilidad es total, siempre y cuando la persona haga los cambios que tenga que hacer.
“El enfermo es el que va a sanarse a sí mismo; la homeopatía reactiva a tus propios mecanismos de homeostasia y regulación para que tú solo restaures el equilibrio perdido”, insiste.
A nivel homeopático, no existen remedios medicinales para una enfermedad. “Buscas un remedio para una persona. Estás mirando a un ser, un sistema. Para la homeopatía no existen enfermedades, existen desequilibrios del ser”, destaca el experto enfatizando la importancia de personalizar al individuo.
González manifiesta que las personas continuamente nos vamos renovando y que desde ese punto de vista, todo es solucionable. “La enfermedad nos grita que seamos capaces de autoevaluarnos. Las enfermedades pueden ser sanadas desde nuestro ser”, finaliza.
UNA APERTURA A MIRARSE
González subraya que el mejor consejo que puede dar ante cualquier tipo de enfermedad es que la persona empiece a mirarse: “es la oportunidad de crecer”. Ante una gota, aconseja que uno empiece a revisar su inflexibilidad y sus conflictos en el trabajo, en la familia y el entorno afectivo.
“El entorno no es causante de la enfermedad. La enfermedad la creamos nosotros mismos por nuestra actitud y forma de encarar el mundo tal cual. Lo aceptamos, no lo aceptamos, somos humildes, somos soberbios…Nos generamos conflictos y enfermedades. En nosotros está el trasmutar esas emociones en amor universal, que es el que todo lo sana”, recalca.
El especialista insiste en que al realizar cambios personales sucede la restauración real e invita a las personas a revisarse. “La enfermedad es nuestra oportunidad de cambio, no el problema”, puntualiza.
EL ESPECIALISTA
Carlos González Hidalgo es un médico homeópata español que radica en Cochabamba. Trabaja también con medicina energética en Adhyatma Yoga.
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