¿Cuándo fue la última vez que fuiste al oftalmólogo?
Si hace ya unos cuantos años, probablemente necesitas uno de forma inmediata. Es aconsejable realizarse el primer examen antes de los tres años para descartar errores de refracción que puedan causar ambliopía u ojo vago, estrabismo y diferentes patologías infantiles o hereditarias. Posteriormente, lo recomendable es:
• una revisión a los 20 años,
• dos revisiones en la década de los 30,
• una revisión cada dos o tres años en la década de los 40
• y cada año o dos años a partir de los 65.
Recuerda que el diagnóstico precoz de enfermedades oculares graves como el glaucoma o la degeneración macular pueden ser tratadas de forma eficaz si se detectan a tiempo.
Protege tus ojos del sol.
El sol es un factor vital para tu salud, especialmente para la formación de la vitamina D. Sin embargo, es también el factor externo más nocivo para tus ojos. El sol provoca reacciones alérgicas de la superficie ocular, queratitis en la córnea y está demostrado que contribuye al desarrollo de la cataratas y la degeneración macular senil, entre otras enfermedades. Por ello, una de las mejores cosas que puedes hacer para preservar tus ojos sanos es usar gafas de sol que tengan una protección ultravioleta del 100%. Úsalas siempre que estés en el exterior y no solo en verano, pero especialmente en la práctica deportiva al aire libre.
Cuidados especiales si usas lentillas.
Sin duda, son una gran ayuda para la visión, pero los lentes de contacto se deben usar con responsabilidad y teniendo siempre un par de gafas correctamente graduadas para alternar su uso. Ello va a permitir que tu córnea y conjuntiva se recuperen de su uso diario. Por otro lado, la higiene, la sustitución frecuente y la esterilización correcta de tus lentes, así como su uso moderado, hará que puedas disfrutar por más tiempo y con más salud de las mismas.
Ojo lubricado, ojo más sano.
A medida que envejecemos podemos experimentar los síntomas de ojo seco, especialmente picor, escozor, sensación de cuerpo extraño y fotofobia con aspecto enrojecido del mismo. Esto se debe a que la película lagrimal ha perdido su consistencia para proteger y nutrir a córnea y conjuntiva de agentes externos y microbianos. La mayor parte de las veces se debe a que se altera su composición en porcentaje de moco, grasa y agua, lo que conlleva a una evaporización de la película lagrimal dejando el ojo desprotegido. Algunas actividades frecuentes de tu vida diaria como el uso de smartphones, tablets y ordenadores, la conducción o simplemente ver la televisión pueden hacer que necesites el uso habitual de lágrimas artificiales. Evita también la exposición directa de tus ojos al aire acondicionado frío o calor en cualquier circunstancia.
Deja de fumar.
¿Sabías que fumar aumenta el riesgo y acelera el desarrollo de cataratas, degeneración macular senil y daña a la mácula y al nervio óptico? No solo el cáncer de pulmón es una razón importante para dejar de fumar; tu salud ocular se verá enormemente beneficiada.
Habla con tu familia.
Muchas condiciones y enfermedades oculares son hereditarias. Si, por ejemplo, se te diagnostica glaucoma u otra enfermedad de los ojos, comparte esa información con tus padres, tíos, hermanos e hijos, porque alguno de ellos podría estar afectado sin saberlo y, como siempre en medicina, cuanto antes se diagnostique, mejor podrá ser tratado por su oftalmólogo.
Cuídate, en general.
Ya sabemos que comer de forma saludable, por ejemplo frutas y verduras en lugar de alimentos procesados o con exceso de grasas, ayuda a tu salud en general, pero especialmente aporta vitamina y minerales que tendrán un efecto muy positivo en tu salud ocular. Tener unos hábitos de vida saludable, como hacer ejercicio físico, por ejemplo, aumenta la circulación sanguínea en nuestra retina y puede disminuir la presión intraocular, lo cual ayuda específicamente en los pacientes de glaucoma. También los chequeos generales y regulares pueden llevar a la detección temprana de enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, enfermedades reumáticas u otras enfermedades sistémicas que, si no se detectan, pueden conllevar graves problemas de visión y, en ocasiones, de efectos irreversibles.
En el trabajo.
Si trabajas en la construcción, en fábricas con productos manufacturados o cualquier tipo de maquinaria que desprenda partículas o intensidad lumínica alta, debes usar gafas de protección ocular que cumplan los estándares óptimos de seguridad e higiene en el trabajo. Si trabajas con ordenadores, lee a continuación.
Uso de pantallas.
Los ordenadores no producen ceguera, pero sí una serie de incomodidades y molestias a la visión. Una de ellas es el exceso en el tiempo de esfuerzo a la visión de cerca (exceso de la acomodación) que puede dificultar el enfoque correcto, por lo que es muy recomendable el uso de la graduación de cerca para un mejor confort visual. Otra consecuencia importante de una atención prolongada es la disminución del parpadeo, lo que conlleva una evaporización de la película lagrimal y, por tanto, enrojecimiento e irritación de forma mantenida. Si eres usuario habitual de pantallas en tu trabajo, recuerda que el uso habitual de lágrima artificial hará más confortable tu visión.
Vitamínate.
Sabemos por nuestros antepasados que las zanahorias son buenas para los ojos porque contienen vitamina A que nuestra retina necesita, pero no debemos obsesionarnos con ello porque en nuestro medio es muy difícil tener deficiencias en esta vitamina. Por otro lado, las verduras de hoja verde como la col rizada y las espinacas así como los arándanos son ricos en luteína
que, según algunos estudios, puede revertir los síntomas de la degeneración macular. También se ha demostrado que los ácidos grasos como el omega-3 del pescado y el aceite de oliva pueden ayudar a prevenir el síndrome de ojo seco y la degeneración macular senil.
Evita en lo posible los alimentos procesados o envasados que casi siempre llevan aceites vegetales con ácidos omega-6 que contrarrestarán los efectos positivos de los buenos ácidos grasos omega-3.
Todo ello, como siempre, bajo supervisión médica.
Esta información ha sido elaborada a partir de informaciones del doctor Juan de la Cruz García Martínez, oftalmólogo de Hospital Quirónsalud Valencia (España).
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