La ansiedad entra en juego en situaciones de estrés, tristeza o aburrimiento, en las que se puede caer en la tentación de llevarse algo a la boca, aunque solo hayan pasado un par de horas desde la última comida. Y definitivamente a muchas nos sucede que cuando estamos muy estresadas o tenemos problemas relacionados con el amor, comenzamos a comer descontroladamente, pues te contamos que existe un culpable y es el cortisol, una hormona que el cuerpo genera en momentos de estrés y que tiene un efecto no muy positivo: aumenta el apetito.
Pero como con todo hay maneras de encontrar una solución. Romina Stoppani, directora de Nutrición Simple, le explica a Infobae que el primer paso es diferenciar el hambre real del hambre emocional y para lograr esto, la experta sugiere registrar los momentos de debilidad:
“Puedes llevar una agenda donde anotes cuándo surge la ansiedad y la necesidad de comer por hambre emocional. Saberlo te hará ser más consciente del problema y te ayudará a controlarlo”, sostuvo la especialista.
5 TIPS PARA EVITARLOS
Laura Rojas, experta de la plataforma online Yoelijocuidarme le dio a la revista Cosmopolitan las claves para acabar con esta situación:
TIP 1: Pásate a las infusiones. Reduce los excitantes como el café o el té que lo único que hacen es agravar el problema y generar más ansiedad. En cambio, tomar infusiones sin cafeína o teína (como por ejemplo el rooibos) te ayudarán a relajarte, ya que esta planta es rica en magnesio, un mineral esencial para el sistema nervioso que contribuye a la relajación muscular.
TIP 2: Sírvete en el plato. Nada de ir picando un poco de aquí y un poco de allá. Tienes que tomar consciencia de lo que comes, así que coge un plato y sírvete aquello que vas a comer. Si verdaderamente visualizáramos todo lo que podemos llegar a comer cuando perdemos el control nos sorprendería e incluso nos horrorizaríamos de la cantidad de calorías vacías que ingerimos. Así que, en los momentos de debilidad, coge una pieza de fruta, lávala, córtala en trocitos y póntela en el plato.
TIP 3: Fuera tentaciones. Tener la nevera y la despensa repleta de alimentos poco saludables (galletas, snacks, chocolate, golosinas…) no ayuda nada. El primer paso para evitarlo es hacer una lista de compras que incluya tentempiés sanos: piezas de fruta, hortalizas, yogures, frutos secos o tortitas de arroz integral son buenas opciones. El segundo es ir a la compra sin hambre, con la lista que has hecho previamente en casa y evitar los “alimentos consuelo”, aquellos que inhiben el estrés de forma momentánea y que solo nos aportan cantidades desorbitadas de azúcar y grasa.
TIP 4: Planifica tus comidas. Dejar lo que vas a comer en manos de la improvisación no es una buena idea. Tener una buena planificación evitará el descontrol en tu alimentación. Un menú semanal que incluya alimentos de temporada y potencie el consumo de legumbres, cereales integrales y pescado hará que sea más fácil tener controlado lo que debes comer.
TIP 5: Slow food. Comer no es solo cumplir con la necesidad de alimentarse. Comer debe ser un momento de disfrute, una pausa entre las obligaciones, un punto de receso y encuentro con uno mismo. Esto se conoce como “slow food”. ¿Cómo conseguirlo? Comiendo despacio, masticando lentamente y saboreando los alimentos. Comer sin prisas alejada de las distracciones (televisión, ordenador, tablet y, por supuesto, móvil) es fundamental para seguir una alimentación equilibrada y ser conscientes de lo que estamos ingiriendo.
Estudios recientes afirman que no basta solo con pensar en lo que comemos, sino que también hay que mirar lo que comemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario