En ello trabajan los investigadores del programa catalán HIVAT, que acaban de anunciar buenos resultados con una vacuna diseñada a partir de células dendríticas de los propios pacientes que fueron “reeducadas” en contacto con virus también extraídos del paciente. Las células dendríticas son las encargadas de informar a los linfocitos CD4 para que aniquilen al virus. Si la información no es correcta, los linfocitos no atacan al virus. Reeducándolas e inyectándoselas de nuevo al paciente se logra que lo aniquilen.
En el ensayo en fase I han participado 24 personas que por motivos diversos no tomaban antirretrovirales. A una mitad se les administró la vacuna en tres dosis espaciadas, y a la otra mitad se le dió placebo. Pasado un año, entre la mayoría de quienes recibieron la vacuna, los niveles del virus eran tres veces menores y la actividad de su sistema inmune había mejorado considerablemente.
Aunque el ensayo no es concluyente, los buenos resultados invitan a ser optimistas ante el nuevo ensayo que está en marcha: administrar primero antiretrovirales para bajar los niveles del virus y luego la vacuna, para que no vuelvan a aumentar.
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