Mantener a raya al virus del VIH gracias a los antirretrovirales modernos ha sido un gran avance. Sin embargo, aunque se alcancen niveles indetectables, para mantenerlo a raya hay que tomarlos toda la vida, lo que desgasta la salud del paciente y, además, supone un importante gasto, unos 8.000 euros anuales. Por eso, sería un gran avance conseguir una vacuna terapéutica que evitase la proliferación del virus al dejar de tomar antiretrovirales.
En ello trabajan los investigadores del programa catalán HIVAT, que acaban de anunciar buenos resultados con una vacuna diseñada a partir de células dendríticas de los propios pacientes que fueron “reeducadas” en contacto con virus también extraídos del paciente. Las células dendríticas son las encargadas de informar a los linfocitos CD4 para que aniquilen al virus. Si la información no es correcta, los linfocitos no atacan al virus. Reeducándolas e inyectándoselas de nuevo al paciente se logra que lo aniquilen.
En el ensayo en fase I han participado 24 personas que por motivos diversos no tomaban antirretrovirales. A una mitad se les administró la vacuna en tres dosis espaciadas, y a la otra mitad se le dió placebo. Pasado un año, entre la mayoría de quienes recibieron la vacuna, los niveles del virus eran tres veces menores y la actividad de su sistema inmune había mejorado considerablemente.
Aunque el ensayo no es concluyente, los buenos resultados invitan a ser optimistas ante el nuevo ensayo que está en marcha: administrar primero antiretrovirales para bajar los niveles del virus y luego la vacuna, para que no vuelvan a aumentar.
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