La pandemia trajo consigo una reducción del uso de anticonceptivos, lo que ha provocado un aumento de embarazos no planificados.
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Además de las consecuencias visibles a la salud provocadas por la pandemia y el COVID-19, factores como la planificación familiar y el uso de métodos anticonceptivos, de corta y larga duración, también han sido afectados en los hogares bolivianos.
Y es que, por ejemplo, muchas mujeres que usaban métodos anticonceptivos orales (ACO) o inyectables mensuales, se vieron limitadas de acceder a su compra de forma regular, dada la dificultad de movilizarse para acudir a las farmacias y el costo de las mismas; por la reducción de la actividad laboral y por ende de los ingresos familiares, resultado de la recesión económica.
Por otro lado, el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluyendo los de planificación familiar y de prevención y tratamiento de infecciones de transmisión sexual, también se redujo debido a la pandemia.
Según la Dra. Amparo Hayes, Ginecóloga, Obstetra y Mastóloga, con 14 años de experiencia y médico obstetra del Centro especializado en Ginecología Obstetricia y neonatología- NATAL, esto se debe a distintos factores, entre ellos, a que la mayor actividad médica se concentra actualmente en atender a los casos de COVID-19 y las pacientes temen exponerse a la consulta médica por miedo al contagio, “además, muy pocas tienen la posibilidad de llamar a su médico para ver cómo cambiar de método anticonceptivo, o informarse de la forma adecuada de uso de su método de planificación familiar”, reafirma la especialista.
Sumado a ello, está el aumento de número de embarazos no planificados. De acuerdo a un una investigación realizada por el Fondo de Población de la Organización de las Naciones Unidas (UNFPA), junto a Avenir Health, la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos y la Universidad Victoria de Australia; que revela que la pandemia de coronavirus puede tener un impacto catastrófico en la vida de millones de mujeres, la incapacidad de obtener anticonceptivos adecuados puede llevar a más de siete millones de embarazos no deseados, en todo el mundo, en apenas los próximos meses.
Además, en la investigación se destaca que si los confinamientos siguen, la expectativa es que durante seis meses, 47 millones de mujeres en países de renta media y baja no tendrán acceso a anticonceptivos modernos. (https://www.unfpa.org/es/swop)
Según Hayes, Bolivia no estará ajena a esa realidad. “Estamos un buen tiempo encerrados en casa y tanto hombres como mujeres no están usando adecuadamente los métodos anticonceptivos, por lo que es natural que se incremente los números de embarazos; y que en su mayoría, sean embarazos no planificados”, recalca la médica.
Entre las posibles soluciones para paliar esta problemática está la telemedicina, que según la especialista, si bien aún nueva en el país; es una buena herramienta para asistir a pacientes sin que estos se expongan.
“La telemedicina hoy en día, se ha vuelto muy importante, ya que de esa manera, como médicos, somos accesibles a las pacientes; podemos despejar dudas, o aconsejar para mantener o iniciar métodos de planificación familiar. Si bien, muchos de nosotros ya hemos incursionado en ese campo, aún falta mucho camino para recorrer; porque debemos cambiar nuestra forma de atención ya que el coronavirus vivirá un buen tiempo aún entre nosotros”, destaca Hayes.
Sobre las otras alternativas de cuidados para tener una vida sexual y reproductiva responsable y tomar buenas decisiones personales sobre planificación familiar, sin temores, sobretodo en época de pandemia, la Dra. Hayes recomienda mantener una comunicación fluida y sincera con el médico de cabecera.
“Recordemos que la consulta de planificación familiar se basa en una buena explicación de las alternativas que pueda tener la paciente, de acuerdo a sus preferencias, necesidades y características. Es muy probable incluso que por las condiciones sanitarias, económicas y sociales, muchas mujeres opten por diferir la maternidad un par de años. Sin embargo, eso dependerá de lo que resulte de esa consulta médica. Puede ser que, momentáneamente, se recomiende un método de corta duración, siempre con la posibilidad de que en algún momento la paciente pueda acudir a una consulta presencial y cambiar a uno de larga duración. La anticoncepción de larga duración, como por ejemplo Mirena y el implante, son métodos seguros, cómodos y eficaces”, destaca la especialista.
Es importante hacer hincapié que las pacientes pueden acudir a un centro médico y hacer sus consultas presenciales, siempre y cuando se tomen todas las precauciones necesarias y se certifique de hacerlo en centros que sigan todas las normas de bioseguridad recomendadas y que además sean solicitadas a las pacientes que ingresen antes de la consulta.
“Dentro de estas medidas, está la realización de una encuesta previa, el control de temperatura y signos vitales, la somatización de manos y calzado, el uso obligatorio de mascarilla y obviamente, toda la protección del personal requerida”, finaliza Hayes.
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