Cuidar estos órganos representa una de las tareas más significativas para sentirnos y estar saludables, debido a que son elementos fundamentales para la excreción y eliminación de las toxinas del cuerpo.
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DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la reducción progresiva del funcionamiento de los riñones se define a través de una disminución permanente de la tasa de filtración glomerular. Ésta consiste en una excelente medida de la función renal, ya que mide la tasa de sangre que los riñones filtran. Asimismo, se realiza una prueba de creatinina, la cual es un compuesto orgánico que se genera a partir de la degradación de creatina, un nutriente útil para los músculos. También es importante efectuar exámenes de orina y una microalbúmina que permite observar la presencia de la proteína albúmina en la orina. Esto traduce un funcionamiento anormal de los riñones.
FACTORES
DE RIESGO
La diabetes de tipo 1 y 2 consiste en la causa más frecuente de la insuficiencia renal crónica, ya que daña los vasos sanguíneos que se encuentran dentro de los riñones. Los otros factores de riesgo más comunes son la infección de los riñones, afecciones autoinmunes, hipertensión, enfermedad poliquística renal y obstrucción de las vías urinarias, la cual es generalmente causada por las infecciones urinarias frecuentes y por los cálculos renales. Otros factores influyen también el desarrollo de esta enfermedad como la edad, antecedentes familiares de insuficiencia renal crónica, toma de medicamentos tóxicos para el riñón, peso de nacimiento inferior a 2.5 kilos y enfermedades cardiovasculares.
SÍNTOMAS
La progresión de la enfermedad es generalmente lenta, lo que complica la observación de los síntomas durante los primeros años, ya que los riñones se adaptan y compensan la pérdida de su función. Al principio, el cansancio suele ser la única manifestación de la enfermedad. Una vez que la insuficiencia renal está desarrollada, se manifiesta hinchazón de los pies, tobillos o piernas, dolores al orinar, disminución del volumen de la orina, micciones más frecuentes, hipertensión arterial y fatiga. También se observa náuseas, vómitos, pérdida del apetito, adelgazamiento, somnolencia, dolores de cabeza y del cuerpo, contracción involuntaria de los músculos y picores persistentes.
PREVENCIÓN
En algunos casos, es imposible prevenir la insuficiencia renal. Sin embargo, un control adecuado de la diabetes y de la hipertensión arterial disminuye el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Asimismo, adoptar hábitos sanos suele ayudar a reducir las probabilidades de padecer esta afección. Por lo tanto, debes seguir asiduamente el tratamiento recomendado en casos de diabetes, lupus o hipertensión. También es importante medir regularmente la tensión arterial y evitar el consumo excesivo de alcohol, drogas y medicamentos.
Toma en cuenta que debes seguir un tratamiento óptimo al contraer una infección urinaria para evitar las complicaciones.
PARA LEER EN PROFUNDIDAD
Las funciones del riñon
Los riñones tienen tres funciones mayores. En primer lugar, filtran la sangre y producen orina para eliminar los residuos del cuerpo, lo que previene la acumulación de toxinas en el flujo sanguíneo. También producen hormonas, las cuales actúan sobre otras funciones del cuerpo como la regulación de la presión arterial y la producción de glóbulos rojos. Asimismo, rige la concentración de los elementos minerales y la cantidad de líquidos presentes en el organismo.
La insuficiencia renal es la reducción o imposibilidad que presenta el riñón para asegurar la filtración y eliminación de los residuos en la sangre. Es importante diferenciar la forma aguda de la crónica. La insuficiencia renal crónica consiste en la decadencia lenta y progresiva de la función de los riñones. Se instala gradualmente hasta llegar a la insuficiencia renal terminal, en la cual los riñones cesan su funcionamiento. En cuanto a la aguda, surge rápidamente y de repente, pero es reversible y se suele curar más fácilmente.
Cuando los riñones no pueden funcionar solos, existen tres opciones para eliminar los residuos de la circulación sanguínea, las cuales son la diálisis peritoneal, la hemodiálisis y el trasplante renal. La primera consiste en un proceso de filtración a través del peritoneo del paciente, el cual es la membrana que cubre los órganos del abdomen. En el caso de la hemodiálisis, se manda la sangre del paciente hacia un riñón artificial a través de un conducto para realizar la filtración de la misma. Finalmente, en el trasplante renal, se extrae un riñón sano de un donador vivo o cadavérico para colocarlo en el abdomen inferior del paciente.
La función renal, un tesoro para cuidar
Rolando Herrera Gutiérrez
Presidente Sociedad Boliviana de Medicina Familiar
Los riñones son dos órganos muy importantes ubicados en la fosa renal a ambos lados de la columna lumbar. Prácticamente todas las personas a partir de la vida escolar, ubicamos perfectamente donde se encuentran y cualquier malestar que sentimos en esa zona lo atribuimos a una dolencia en los riñones, cuando en realidad éstos presentan dolor en muy pocas ocasiones.
En cuanto a su estructura y función, los riñones son una obra de ingeniería que ni los mejores científicos del mundo juntos podrían diseñar. Tienen múltiples propiedades y quizás algunas aun desconocidas, pese a su estudio profundo por los mejores investigadores. Por lo tanto, cuando son insuficientes, el suplir su capacidad requiere alta tecnología sin lograr sustituirlos en el 100 por ciento de su efectividad.
Múltiples factores de índole cultural, social y en especial alimentaria influyen en un daño renal cada vez más frecuente en nuestro país, lo que ocasiona un conflicto social difícil de resolver, ya que la alternativa de suplir la función renal que actualmente es la hemodiálisis es una opción cara, poco accesible y que no puede enfrentar el crecimiento progresivo del problema, ya que el Estado y los servicios de seguridad social y medicina privada no disponen del número suficiente de equipos para realizarlo.
Por lo tanto, la opción actual es la prevención que está ligada a los mismos factores metabólicos y cardiovasculares que cada vez son más comunes y relacionados a nuestro estilo de vida.
Un factor destructivo de la función renal es indudablemente la hipertensión arterial o más comúnmente conocida por presión alta, la cual tiene un elemento adicional peligroso que es la ausencia de síntomas en la mayoría de las veces.
En la casuística de enfermedades más frecuentes en los dos primeros meses de este año en el Policlínico Villa Galindo de la Caja Nacional de Salud (CNS), se ha demostrado que la presión alta es la causa más frecuente de consulta y seguimiento. Indudablemente con la edad es muy probable que aparezca la enfermedad, llamada esencial porque no tiene una causa conocida en el 90 por ciento de los casos. Este factor es controlable con actividad física, reducción de peso y la disminución de la cantidad de sal en la comida.
Por otro lado, la diabetes mellitus es una enfermedad que ataca por lo menos al 10 por ciento de la población boliviana, causando de manera natural y peor aun si no se la controla continuamente, nefropatía diabética y la consecuente insuficiencia renal crónica terminal. Si unimos como casi siempre ocurre este problema a hipertensión, obesidad, hiperlipidemia y cardiopatía, pues tenemos un problema multifactorial grave.
Es fundamental cuidar los riñones por lo anteriormente expuesto, recomendando algunas medidas sencillas para ponerlas en práctica en la vida diaria como ser:
•Ejercitar alguna actividad física recreativa o deportiva por lo menos tres veces a la semana, por ejemplo caminar 40 minutos.
•Reducir la sal e incrementar el consumo y la utilización de verduras, cereales, hortalizas o frutas.
•Realizarse un chequeo médico básico anual, haciendo énfasis en el nivel de azúcar en la sangre y en la medición de la presión arterial.
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