Propensión a la obesidad: la persona sedentaria no quema las grasas que consume y estas son almacenadas en áreas como el abdomen, lo que aumenta su volumen que reducien- do la cantidad de alimentos con las dietas, se reduce el volumen de grasas. Las dietas sin un régimen deportivo, lo único que hacen es activar dichos “almacenes de grasa”. Una dieta sin deporte está condenada al fracaso.
A nivel óseo: la carencia de actividad física, como subir escaleras, tener relaciones, caminar, levantar objetos o correr, hace que los huesos pierdan fuerza y se debiliten, lo que abre el camino a enfermedades óseas como la osteoporosis.
Menstruación a temprana edad. Problemas de espalda que generan dolores frecuentes. Propensión a desgarres musculares. Cáncer de piel, por la gente que toma mucho sol, en momentos no indicados o falta de cuidados. Bulimia y/o anorexia, porque vivimos en una sociedad donde el estar flaca presiona mucho para poder encajar y ser aceptada.
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