lunes, 12 de junio de 2017
10 falsas creencias acerca del tabaco
¿Imaginas que abrieran los telediarios del domingo informando que ese fin de semana han fallecido casi 500 personas por culpa del tabaco? En España mueren cada hora más de 6 personas por enfermedades vinculadas al tabaco. Dejar el tabaco es posible, muchas personas lo consiguen cada día.
Todas las siguientes ideas son falsas creencias populares acerca del tabaco. Deja de escudarte en ellas y abandona este terrible hábito.
CREENCIA 1: Fumar es relajante. ¿Todavía crees que fumar reduce la ansiedad y el estrés? Esta creencia, que es a su vez lo que provoca que muchos fumadores se desanimen para dejar la adicción, es completamente falsa: en lugar de ayudar a la gente a relajarse, fumar aumenta la ansiedad y la tensión. Es posible que en el momento notes alivio, quizás porque reduzca la sensación de abstinencia pero, a medio plazo, al fumar estás aumentando la tensión del organismo.
CREENCIA 2: Fumar poco no perjudica. Fumar poco es tan nocivo para la salud como hacerlo todos los días. El mayor peligro se relaciona con la salud del corazón: el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares es prácticamente el mismo, independientemente de si fumas poco o mucho.
CREENCIA 3: Si se tiene buena salud, el tabaco no hace daño. Si tienes buena salud y fumas, estás en el camino seguro para perderla. Fumar hace daño a todo el mundo (incluso a los que no fuman).
CREENCIA 4: Fumar light hace menos daño. Aunque puedan contener niveles menores de nicotina y alquitrán, los consumidores de cigarrillos light, de forma inconsciente, fuman más, inhalan el humo más fuerte y profundamente, bloquean los orificios de ventilación, por lo que acaban consumiendo la misma o mayor cantidad de toxina, con el riesgo añadido de una sensación de consumir tabaco menos perjudicial.
CREENCIA 5: Si se hace deporte se eliminan las “toxinas” del tabaco. Si bien es cierto que la nicotina se expulsa también por el sudor, un gran porcentaje permanece en tu sangre y en los receptores del cerebro (responsables de la dependencia). Además, los efectos del tabaco son acumulativos: cuanto más tiempo lleves fumando tu capacidad pulmonar se irá reduciendo progresivamente, te cansarás más fácilmente, y te costará mucho más recuperarte.
CREENCIA 6: Se pasa muy mal cuando se deja, es peor el remedio que la enfermedad. Muchos fumadores tienen miedo a sufrir los síntomas del síndrome de abstinencia: irritabilidad, nerviosismo, aumento de peso, etc. Estos síntomas, que no tienen por qué aparecer con la misma intensidad en todos los fumadores, son temporales y en gran medida controlables por ti.
CREENCIA 7: Yo conozco a uno que llegó a los 95 años que siempre fumó. Es cierto que no todos los fumadores desarrollan un cáncer de pulmón, y que algunas personas son menos susceptibles a los perjuicios del tabaco, pero eso no quiere decir que no los sufran. El riesgo es alto y millones de fumadores pierden la vida prematuramente a causa del tabaco.
Después de años fumando, el daño ya está hecho, ¿para qué dejarlo?. Nunca es demasiado tarde para dejar de fumar. Si lo dejas, podrás añadir años a tu vida, respirar más fácilmente, disfrutar más la comida y ahorrar dinero. Ya seas joven o viejo, también podrás reducir el riesgo de desarrollar un cáncer o una enfermedad pulmonar, o sufrir un ataque al corazón, tener mejor circulación de la sangre. Y, sobre todo, serás un ejemplo saludable para tus hijos y nietos.
CREENCIA 8: De algo hay que morir. Es una frase bastante repetida por muchos fumadores. ¿De verdad comerías deliberadamente un alimento cancerígeno? Plantéate seriamente que es un mito que fumar mate rápidamente, las enfermedades relacionadas con el tabaco a menudo causan años de sufrimiento. Tu estilo de vida es clave para vivir más años, pero sobre todo, con mayor calidad de vida.
CREENCIA 9: Este no es un buen momento para dejarlo. Cualquier momento puede ser bueno para dejarlo si el fumador está preparado. Está claro que dejar de fumar necesita tiempo y esfuerzo, por eso, conviene planificar bien el momento de dejarlo y prepararse, preferiblemente con ayuda de profesionales. Déjate ayudar. Toma la decisión, ten claro el objetivo y pon en marcha las estrategias para conseguirlo.
“SI QUIERES DEJAR DE FUMAR, HAZLO DE GOLPE”
El artículo “Si quieres dejar de fumar, hazlo de golpe” de Francisco Jódar para Muy Interesante ha publicado sobre un reciente estudio de investigadores de la Universidad de Oxford en el que se concluye que los fumadores que van reduciendo gradualmente su dosis de nicotina para dejar el tabaco fracasan más en su objetivo que los que optan por abandonarlo sin contemplaciones.
Para el trabajo, dirigido por la doctora Nicola Lindson-Hawley, se reclutó a 697 personas que deseaban dejar este nocivo hábito, y se las dividió en dos grupos: el primero abandonó del todo el tabaco en una fecha fijada; el segundo fue disminuyendo progresivamente el número de cigarrillos consumidos a lo largo de las dos semanas previas al “gran día”.
Los dos grupos disfrutaron del consejo de especialistas, y se les proporcionaron parches y chicles de nicotina y otras ayudas. Tras dejar de fumar, los participantes en la investigación fueron evaluados semanalmente durante cuatro semanas, y de nuevo a los seis meses. Además de preguntarles cómo se sentían, los investigadores medían la cantidad de monóxido de carbono que exhalaban, una prueba objetiva de si seguían sin fumar.
A las cuatro semanas de dejar el tabaco, el 39 % de las personas que lo habían abandonado gradualmente se mantenían libres del hábito, frente al 49 % del grupo que lo había cortado abruptamente. Eso significa que los segundos tenían un 25 % más de posibilidades de cumplir su propósito: las diferencias ya se constataban en el mismo día en que unos y otros se privaban del todo de nicotina: fueron más los sujetos del segundo grupo que aguantaron 24 horas seguidas sin echar un pitillo.
Según Lindson-Hawley, quienes dejan el tabaco poco a poco se enfrentan a dos retos: abandonar su costumbre del todo, e ir cumpliendo los objetivos graduales de disminución. Sin embargo, las que cortan de raíz solo tienen una tarea (aunque dura) por delante. Esto podría explicar las diferencias entre unos y otros.
La investigadora señala que “quienes desean dejar de fumar y cuentan con ayudas y terapias para hacerlo tienen más posibilidades de éxito si abandonan radicalmente su hábito. Sin embargo, en nuestra investigación hemos descubierto que hay individuos para los que es imposible dejarlo de golpe: en ese caso, es mejor reducir la dosis que no hacer nada”. (Muy Interesante).
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