Ya no la llamamos menstruación o menarquía, entre las más jóvenes suelen llamarla "Andrés", pero ¿por qué?, porque viene cada mes, otras la llaman la mensualidad, la maldición, o la monstruación, según cómo vean a este periodo de la vida que le llega a las mujeres a partir de la adolescencia, como parte de los cambios que tiene su cuerpo debido a las hormonas, pues cuando vamos creciendo, el cuerpo de la mujer se prepara para tener hijos.
Para algunas mujeres, la menstruación les resulta muy incómoda, porque la asocian con "enfermarse", es decir la ven como una patología, y para otras es muy dolorosa, hay mujeres que se doblan de dolor y hasta caen en cama. Para muchas otras, resulta incómodo hasta el hecho de tener que comprar toallas higiénicas para que no se manche su ropa interior.
Pero más allá de la incomodidad que pudieran sentir algunas mujeres, existen culturas en las que la menarquía equivale a impureza, por lo que en lugares como la India, Nepal, se construyen las llamadas "cabañas de la menstruación", unas chozas pequeñas en que se recluye a la menstruante y no se le puede dar leche, se le da poca comida y debe permanecer ahí hasta que pase su periodo menstrual, y a pesar de que es una tradición que ya fue prohibida la fuerza de la costumbre puede más y la misma se mantiene hasta nuestros días.
Las condiciones en que se mantienen las menstruantes son pésimas, por lo que esas cabañas son cuestionadas, y más aún porque en algunas ocasiones mujeres han llegado a morir por diferentes factores mientras estaban recluidas en esas chozas.
No sabemos a ciencia cierta a qué responde esa tradición, pero ya en la Biblia aparece esa intención de aislar a las mujeres mientras están en su periodo menstrual, porque las féminas se convierten en seres impuros y contagiarán esa su impureza a quién las toque, observemos las siguientes citas bíblicas para corroborarlo.
Levítico 15:19-23: "Cuando una mujer tenga flujo, {si} el flujo en su cuerpo es sangre, ella permanecerá en su impureza menstrual por siete días; y cualquiera que la toque quedará inmundo hasta el atardecer. También todo aquello sobre lo que ella se acueste durante su impureza menstrual quedará inmundo, y todo aquello sobre lo que ella se siente quedará inmundo. Cualquiera que toque su cama lavará su ropa, se bañará en agua y quedará inmundo hasta el atardecer".
Levítico 12:1-5: Y el Señor habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: "Cuando una mujer dé a luz y tenga varón, quedará impura por siete días; como en los días de su menstruación, será impura"... "Y ella permanecerá en la sangre de su purificación por treinta y tres días; no tocará ninguna cosa consagrada ni entrará al santuario hasta que los días de su purificación sean cumplidos. Pero si da a luz una niña, quedará impura por dos semanas, como en {los días de} su menstruación; y permanecerá en la sangre de su purificación por sesenta y seis días".
Levítico 15:25-30: "Si una mujer tiene un flujo de sangre por muchos días, no en el período de su impureza menstrual, o si tiene un flujo después de ese período, todos los días de su flujo impuro continuará como en los días de su impureza menstrual; es inmunda".
Como se puede apreciar, la sangre de la menstruación se asociaba a la impureza y quizás por eso se recluye a las niñas en diferentes países del mundo en las cabañas, carpas o tipis erigidos especialmente para ese periodo en la vida de una mujer.
OTRAS VISIONES
En sociedades como la mapuche y la guatemalteca, la menstruación es asociada a la fertilidad, por lo tanto no es mala, sino que se celebra con rituales y ceremonias, es un paso que da la mujer hacia la sabiduría.
La psicóloga chilena Pilar Sordo considera que la menstruación "es un proceso de limpieza, de descompresión interna que le permite (a la mujer) quedar preparada para un nuevo ciclo. Y que este ciclo, sin duda, aporta desde lo biológico un crecimiento interno y espiritual que cualquier mujer indígena puede explicar mejor".
Ella aconseja que como en la cultura mapuche se celebre la menstruación, al menos la primera, que se lleve a la hija a comer y sugiere que el padre le regale flores, pues de esa manera las niñas no verían ese periodo como algo incómodo, vergonzoso, como una carga y quizás llamarían a las cosas por su nombre y no le dirían "Andrés", por ejemplo.
La profesional que convivió con mujeres indígenas explica que "es un signo de sabiduría, un acto de limpieza corporal, una descompresión de lo físico, donde se eliminan tensiones, angustias y lo peor de nosotros en forma maravillosa".
Y no está lejos de aquello, pues según algunas corrientes científicas señalan que la menstruación funciona como un escudo inmunológico, "la investigadora Margie Profet, de la Universidad de California, sugiere que la menstruación se desarrolló como un mecanismo para proteger el útero y las trompas de Falopio contra microbios desprendidos por el esperma masculino. La versión tradicional explica que las mujeres sangran todos los meses para desechar sus óvulos no fertilizados y la capa uterina", según cita un artículo del diario digital El País.
DOLORES Y OTRAS MOLESTIAS
Los periodos dolorosos se llaman dismenorrea. Los dolores menstruales son palpitantes o pueden presentarse como cólicos en la parte baja del abdomen, también puede estar acompañado por dolencias en la espalda baja, nauseas, diarrea y dolores de cabeza.
No se debe confundir el dolor del periodo con el síndrome premenstrual porque no es lo mismo, pues los síntomas de éste pueden ser, incluyendo aumento de peso, hinchazón, irritabilidad y fatiga.
Lo que causa esos dolores varía según el tipo de dismenorrea que son dos. La primaria es un tipo más común de dolor que es a causa de la presencia de prostaglandinas en demasía, pues hacen que los
músculos del útero se relajen o se contraigan, provocando calambres. Por lo general este dolor se presenta con las primeras menstruaciones y desaparece con el tiempo o después de haber dado a luz.
La dismenorrea secundaria suele comenzar más tarde en la vida. Es causada por condiciones que afectan al útero u otros órganos reproductivos, como la endometriosis y los fibroides uterinos.
Para combatir esos dolores, existen fármacos analgésicos, o se pude recurrir a métodos más naturales como el hacer ejercicio, mantener caliente la parte inferior del abdomen, tomar un baño caliente, practicar técnicas de relajación, y a veces, también resulta el tomar café u otras bebidas que contengan cafeína.
Entre otras molestias asociadas al periodo menstrual era el tema de la ropa interior que inevitablemente terminaba manchada y muy difícilmente se podía quitar la mancha, pero en la actualidad se han inventado y cada vez se perfecciona más para ofrecer toallas higiénicas o tampones en la más amplia variedad, además que cada vez más cómodas y se sostienen bien a la prenda íntima. Antiguamente cada mujer se tenía que dar modos para no ensuciar su ropa interior y se colocaban pedazos de tela, y pues debían lavar tanto la ropa interior como el mismo protector.
Debemos enseñar a las niñas que el periodo menstrual es parte de su crecimiento y no debería significar una molestia, vergüenza o incomodidad, sino que es un paso más hacia su crecimiento y que es una posibilidad de dar vida en la adultez, por lo tanto celebremos con ellas, el hecho de que estén creciendo, madurando y haciéndose más sabias.
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