Llegó el fin de año y con ello una serie de festejos que no solo se realizan en el entorno familiar, sino también en el ámbito de la amistad y con ello los encuentros cercanos, como los denomina principalmente la juventud.
El consumo de alcohol origina una serie de estímulos en el cuerpo, mayor euforia, alegría y por supuesto excitación, que derivan en relaciones casuales o que las parejas de enamorados terminen en la cama, con un encuentro carnal.
Si bien son situaciones muy difícilmente inevitables, es siempre necesario la protección de ambos, ya sean relaciones casuales como consolidadas por el tiempo, con el único fin de evitar embarazos no deseados como enfermedades de transmisión sexual.
El método más sencillo para utilizarlo es el condón, es económico y de fácil acceso como de uso. Los adolescentes, los jóvenes, incluso las personas mayores deben tener una protección con este tipo de elemento que lo único que hace es proteger la salud de los habitantes del planeta.
Hagamos que el inicio del nuevo año sea tranquilo, mesurado y sin sobresaltos, porque por unos minutos de excitación el destino de las personas puede cambiar para siempre, ya que traer al mundo un hijo, significará una responsabilidad plena de padre y madre, pero si no se tiene la madurez suficiente, lo único que se logrará será la frustración de ambos como del futuro ser y con ello se romperá el proyecto que uno anhelaba, para dedicarse al hogar.
Otro detalle mayor es condenarse en vida, es decir, que si no hay la protección de un método como el condón, se podría contraer el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) o el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), lo que significaría un pesar para toda la vida.
Por ello, nuestra recomendación a la hora de la celebración es pensar siempre en lo que podría ocurrir en el futuro, ya sea absteniéndose o caso contrario utilizar el condón para continuar con una vida tranquila y feliz.
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