Desde su aparición en Wuhan, China a finales de 2019, científicos de todo el mundo trabajan en conocer más sobre el coronavirus y aunque las certezas son pocas y débiles, se piensa que el Covid-19 comienza a dar señales de debilidad. Un reconocido científico asegura que es menos agresivo y desaparecerá antes que se logre una vacuna.
Es lo que asegura Giuseppe Remuzzi, director del Instituto de investigaciones farmacológicas Mario Negri de Milán y uno de los mayores expertos italianos sobre el tema, según Infobae.
“Los pacientes de hoy son completamente diferentes de los de hace tres o cuatro semanas”, explicó Ramuzzi durante el programa Piazza Pulita. “Las hospitalizaciones y los ingresos en cuidados intensivos continúan disminuyendo. Antes a la sala de emergencias llegaban 80 personas, todas con dificultades respiratorias graves. Hoy llegan diez y ocho puedes ser enviadas a casa”, manifestó.
Ramuzzi, director del Instituto Mario Negri de Investigación Farmacológica de Milán, es reconocido por su seriedad y confiabilidad y por no exponerse antes de que las intuiciones de su equipo sean corroboradas por las evidencias experimentales.
Agregó que “si las cosas siguen como ahora” para cuando esté la vacuna, el coronavirus ya habrá desaparecido.
También planteó un camino alternativo para volver a la normalidad antes que se logre una vacuna. Para el especialista italiano, la solución sería usar el plasma de los curados para crear los anticuerpos con los cuales curar a los enfermos.
Massimo Ciccozzi, responsable de la Unidad de Estadística Médica y Epidemiología Molecular de la Universidad Campus Bio-Médico de Roma, en declaraciones recogidas por Il Corriere della Sera, piensa igual.
“Estamos observando que el virus pierde potencia. Evoluciona, pero pierde capacidad de contagio y, probablemente, letalidad”, afirmó Ciccozzi, según el portal www.20minuto.es
“En marzo este virus era un tsunami, pero ahora se ha convertido en una pequeña ola. Puede ser porque ya haya golpeado a los sujetos más frágiles, haciendo una selección natural, o quizá porque se ha debilitado. Es una inyección de ánimo para la fase 2”, sostuvo por su lado Matteo Bassetti, director de Enfermedades Infecciosas del Policlínico San Martino de Génova.
Francesco Le Foche, del departamento de Inmunología del Policlínico Umberto I de Roma dijo que puede existir una reducción de la virulencia del virus, pero los progresos no deben permitir una libertad a todos.
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