Timothy Brown es el primer paciente curado de VIH tras un trasplante de médula ósea que recibió para tratar su leucemia. Conocido como el 'paciente de Berlín', este estadounidense ha sido un impulso para médicos de todo el mundo que han intentado replicar ese logro en otras personas seropositivas.
Cuando Timothy Brown desarrolló una leucemia en 2006, su hematólogo Gero Huetter seleccionó para su tratamiento -consistente en un trasplante de médula- a un donante cuyos genes tenían una mutación capaz de acabar con el VIH.
La variante genética, conocida en términos médicos como mutación genética CCR5 Delta 32, presente en el 1% de la población confiere una protección natural contra el virus del sida. Tras el trasplante de médula, el virus desapareció de su organismo completamente.
Esta variante genética se encuentra en el gen CCR5 que produce una proteína del mismo nombre que es la 'llave' que usa el VIH para entrar en los linfocitos e infectarlos. A los pacientes, antes de recibir el trasplante de sangre de cordón o el de médula ósea, se les destruye con quimioterapia sus células sanguíneas (donde están las CCR5) y que están afectadas por el cáncer.
Tras recibir bien el trasplante de médula o el de cordón se repuebla la sangre pero con células nuevas que incorporan la mutación, lo que conlleva que ya no puedan ser invadidas por el virus del sida porque no tiene esa proteína o llave de entrada.
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