Consisten en una reacción anormal de defensa del cuerpo a consecuencia de la ingesta de un alimento. Se manifiestan a través de una serie de síntomas, los cuales pueden complicarse en las personas más sensibles.
Informaciones ÚTILES
La incidencia de las alergias alimentarias se ha multiplicado durante los últimos años. Por esta razón, es importante conocer sus generalidades para actuar de manera oportuna.
CAUSAS
Actualmente, se conoce más personas afectadas por las alergias alimentarias que en los años pasados. Este aumento de casos se relaciona con las modificaciones de los hábitos alimenticios, ya que la gente consume alimentos que provienen de otros países y a los cuales su organismo no está acostumbrado. Asimismo, nuevas proteínas son añadidas a las comidas para realzar su sabor, modificar el color y la consistencia de los productos, por ejemplo. En cuanto a los bebés, algunos reciben una alimentación diversificada de manera muy precoz. Por otro lado, ingerir comida rápida en exceso puede favorecer la aparición de reacciones alérgicas.
PERSONAS EN RIESGO
Algunas personas son más susceptibles a desarrollar alergias alimentarias. Es el caso de los niños que tienen eczema, asma, urticaria o fiebre del heno (rinitis alérgica). Asimismo, se observa una predisposición familiar alta, es decir que cuando los padres presentan manifestaciones alérgicas a un alimento, éstas se suelen transmitir a sus hijos. En cuanto a la gente propensa a sufrir de un golpe anafiláctico, encontramos a los pacientes que padecen asma y los adolescentes en general.
SÍNTOMAS
Las manifestaciones provocadas por las alergias alimentarias son numerosas y se desarrollan generalmente entre unos segundos y un par de horas luego de haber ingerido el alimento crítico. Suelen causar urticaria, la cual está localizada alrededor de la boca y luego, se expande a otras partes del cuerpo. También puede aparecer angioedema en el rostro que se caracteriza por la tumefacción de la piel, mucosas y tejidos submucosos. En casos excepcionales, surge un golpe anafiláctico, el cual se traduce por una sensación de malestar generalizado, picores, sudoración, dificultades respiratorias y requiere una hospitalización urgente.
DIAGNÓSTICO
La consulta con un médico alergólogo es fundamental para determinar los alimentos que causan la alergia. El profesional realiza primero una anamnesis para recolectar los datos personales del paciente. Luego, efectúa pruebas cutáneas, aplicando sobre la piel una serie de líquidos que contienen diferentes alérgenos. También puede proceder a un análisis sanguíneo para medir la cantidad de anticuerpos propios a un alimento en particular. Estos exámenes permiten obtener un diagnóstico preciso.
4 PRINCIPALES CAUSANTES
Muchos científicos realizaron estudios para destacar los principales alimentos que causan alergias alimentarias. Estos productos pueden provocar reacciones alérgicas desde la niñez y su consumo está totalmente prohibido.
Leche de vaca
La alergia a la leche de vaca es frecuente en los niños. Aparece generalmente a los 2 años de edad. Las proteínas de este alimento se encuentran en la leche fresca, en polvo, quesos, yogures, mantequilla, cremas, postres, purés, mayonesa, pan, entre otros. Este alérgeno provoca vómitos, diarrea crónica, dolores abdominales, urticaria y asma. En los casos más severos, se puede observar angioedema o golpe anafiláctico. Para evitar estas reacciones, se recomienda consumir productos de substitución como hidrolisatos de proteínas.
huevos
Muchos pequeños sufren de alergia a los huevos, la cual aparece durante el primer año de vida. Los síntomas consisten en dermatitis atópica, urticaria, conjuntivitis, rinitis, asma, vómitos y dolores abdominales. Los alimentos prohibidos son los huevos, mantequilla, mayonesa, pan blanco, fideos, postres, papas gratinadas, purés, helados, masas, entre otros. Asimismo, es importante fijarse en las etiquetas de los productos para evitar los víveres que contienen las proteínas de los huevos como ser ovoalbúmina, albúmina, lecitina, ovoglobulina y lisozima. Se sugiere acudir a un nutricionista para saber cómo seguir teniendo una alimentación equilibrada.
maní
Se utiliza el maní por su alto valor nutritivo y su bajo costo. Además, mejora el sabor, el volumen y consistencia de las comidas. Generalmente, esta alergia persiste en la edad adulta. Se proscribe la ingesta de maní y derivados, margarina, pasta de hígado, postres con frutos secos, pan a base de cereales, sopas industriales, cerveza, galletas, hamburguesas, entre otros. También, es preferible evitar las preparaciones que están elaboradas con aceite vegetal. Los síntomas consisten en rinitis, urticaria, eczema, vómitos, dolores abdominales y golpe anafiláctico. Se necesita la toma de medicamentos corticoides.
Reacciones
cruzadas
Se trata de las alergias a diferentes sustancias que son parecidas químicamente. De esta manera, las personas que conocen el alimento que provoca las manifestaciones alérgicas prefieren abstenerse a consumir un producto con similares proteínas para evitar las complicaciones en su salud. Sin embargo, es primordial acudir a un médico y nutricionista para diagnosticar los víveres que causan la alergia y las reacciones cruzadas, realizándose pruebas cutáneas. Esto es esencial para prevenir las carencias y limitar la debilitación del organismo.
Qué hacer una vez establecido el diagnóstico
No existe ningún tratamiento que permite erradicar una alergia alimentaria. La única opción posible consiste en eliminar de manera estricta el alimento que provoca las manifestaciones alérgicas.
Las personas que presentan riesgos de sufrir un golpe anafiláctico deben llevar con ellas epinefrina, también conocida como adrenalina, la cual aporta un alivio rápido de los problemas respiratorios e hinchazones. Asimismo, es primordial que el paciente informe a su entorno de su condición para que pueda ayudarle cuando ingiere el alérgeno y empiece a tener reacciones. En este caso, se debe administrar una inyección de epinefrina y llamar a Urgencias.
Por otro lado, es fundamental realizar cambios en la alimentación y encontrar substitutos o recetas libres del alérgeno para evitar que el paciente padezca carencias. Se sugiere acudir a un nutricionista, el cual puede también evaluar si es necesario tomar suplementos alimenticios.
Finalmente, es posible disminuir la intensidad de algunas alergias alimentarias con un tratamiento de desensibilización. Sin embargo, solamente se puede efectuar con las personas que tienen reacciones alérgicas leves. En los casos graves, se proscribe este método porque puede ser peligroso, ya que expone a la persona alérgica a dosis crecientes del alérgeno. Es importante destacar que aún una ínfima cantidad del mismo puede acarrear un golpe anafiláctico y provocar el fallecimiento.
Medidas para impedir su desarrollo
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F. Andres Sabat
Editor Salud
Las alergias alimentarias se desarrollan generalmente durante la niñez. Por eso, la mayoría de los alergólogos recomiendan a los padres seguir una serie de reglas para que sus hijos no sufran de reacciones alérgicas. Estas medidas deben ser respetadas más aún en los papás que padecen una forma de alergia (alimentaria, respiratoria o cutánea). Existen tres normas básicas. En primer lugar, es fundamental no exponer al niño al humo del cigarro. Se debe excluir el tabaco durante el embarazo y la lactancia. Esto incluye tanto el tabaquismo activo como pasivo. Asimismo, se sugiere alimentar al bebé exclusivamente con leche materna durante los 6 primeros meses de vida para fortalecer las defensas naturales. Las madres que no pueden amamantar al lactante deben recurrir a leches específicas a base de hidrolisatos de proteínas. Luego, es preferible introducir progresivamente los alimentos sólidos, respetando los consejos del pediatra.
Otras maneras para prevenir las alergias alimentarias consisten en retrasar la introducción de los víveres potencialmente alérgenos en las comidas del niño, es decir, el pescado, huevos, maní, leche de vaca, entre otros. Esto significa que se aconseja alimentar al pequeño con alimentos menos riesgosos. Asimismo, las madres deben consumir mayor cantidad de omega 3 durante el embarazo, ya que diversas investigaciones científicas han demostrado que una carencia en estos ácidos grasos favorece la frecuencia de las alergias, sensibiliza el organismo a los alérgenos e incrementa la inflamación.
Por otro lado, las personas que han recibido un diagnóstico preciso de alergia alimentaria deben cuidar una serie de elementos para limitar la exposición a los alérgenos y así reducir las crisis alérgicas:
-Informa al entorno (familia, profesores, amigos y padres de los compañeros de clase) acerca de la alergia del niño y de las acciones que se deben efectuar en caso de ataque.
-Coloca una manilla en la mano del paciente en la cual estén indicados los alérgenos. Esto es muy útil en situación de emergencia.
-Controla y decodifica la lista de ingredientes que componen un producto, ya que las proteínas alergénicas pueden tener diferentes nombres. No dudes en solicitar consejos a un nutricionista.
-Elimina las fuentes de contaminación, lo que incluye utilizar utensilios diferentes para la preparación de las comidas, vigilar la limpieza de la vajilla y calentar separadamente los platos de la persona alérgica porque las proteínas alergénicas pueden desplazarse con el vapor de la cocción.
La prevención es fundamental, pero requiere un control estricto de parte de las personas. Estas medidas pueden ser apremiantes al principio. Sin embargo, se convierten con el paso del tiempo en hábitos y se incorporan fácilmente al estilo de vida de la persona.
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