Nuestro cuerpo suda como respuesta a diferentes estímulos. Una de las principales funciones de la expulsión de líquido a través de los poros de la piel es regular la temperatura corporal; motivo por el cual sudamos más cuando realizamos ejercicio o estamos expuestos al sol.
En el caso de sudar cuanto tenemos fiebre, la explicación se encuentra en que nuestro cuerpo experimenta un aumento de la temperatura corporal cuando detecta un agente invasor en nuestro organismo, con el fin de eliminarlo. Consecuentemente, este aumento de la temperatura que acompaña a la fiebre provoca una mayor sudoración. Sin embargo, la fiebre no aparece en todos los casos, por lo que un exceso de sudoración acompañado de un aumento de la temperatura puede indicarnos que existe alguna afección que debe tratarse con la mayor brevedad posible.
Por qué sudamos
Todas las personas sudamos en mayor o menor cantidad. Esto se debe que a la sudoración es un proceso que permite que nuestro cuerpo regule la temperatura corporal. Durante dicho proceso, el cuerpo elimina agua, principalmente a través de las zonas con una mayor concentración de glándulas sudoríparas, como las axilas. Así pues, podemos diferenciar dos motivos por las que sudamos:
Regular la temperatura corporal. Cuando realizamos actividad física, nuestro cuerpo aumenta su frecuencia cardíaca y aumenta su temperatura. Como consecuencia, el organismo activa las glándulas sudoríparas y expulsa líquido para controlar el aumento de la temperatura. Del mismo modo, el sudor de nuestro cuerpo puede aumentar cuando estamos enfermos y nuestra temperatura corporal se incrementa.
Eliminar toxinas. Nuestro cuerpo acumula toxinas debido a una mala alimentación, un estilo de vida sedentaria y unos hábitos de vida poco saludables. La sudoración forma parte del mecanismo por el cual se eliminan agentes tóxicos que, en cantidades elevadas, pueden aumentar el riesgo de sufrir algunas afecciones.
Así pues, podemos entender que sudar si tenemos fiebre es una respuesta del organismo frente al aumento de la temperatura. A continuación lo veremos con más detalle.
Diferencia entre resfriado y gripe
Sudar cuando estamos enfermos no es algo extraño. No obstante, es frecuente confundir una gripe de un resfriado. La principal diferencia entre ambas es que la gripe va acompañada de fiebre y sus síntomas son más intensos. Por el contrario, un resfriado no produce fiebre, pero sí puede suponer dolor de cabeza, tos, mocos, y otros síntomas. Por este motivo, una de las principales causas que podría provocar fiebre es la gripe
¿Es malo sudar si tengo fiebre?
La función de la fiebre es eliminar virus y bacterias mediante el aumento de la temperatura corporal. Podemos considerar que tenemos fiebre cuando la temperatura corporal que marca el termómetro bajo la axila es superior a 37,2 ºC o 37,5 ºC en el caso de usar un termómetro oral.
Cuando nuestro sistema inmunológico detecta la presencia de virus o bacterias en el cuerpo, este segrega unos químicos conocidos como pirógenos producidos por los glóbulos blancos, los principales responsables del sistema de defensa de nuestro organismo. Estos químicos llegan al hipotálamo, una glándula ubicada en el cerebro que regula la temperatura corporal. Una vez esta glándula recibe los pirógenos, se activa el mecanismo por el que el cuerpo aumenta su temperatura para luchar contra una infección.
Pero entonces, ¿es malo sudar si tengo fiebre?
La fiebre no es mala cuando no supera los 40.5 ºC en adultos, y los 39 ºC en eñ caso de los niños. Cuando la temperatura no supera estas cifras, la fiebre es un mecanismo de defensa para luchar contra agentes que pueden dañar nuestro organismo. Sin embargo, cuando supera las cifras indicadas anteriormente, puede convertirse en una amenaza, y debemos acudir inmediatamente al médico.
El sudor no es más que un síntoma de la fiebre que responde al aumento de la temperatura. Es importante dotar al cuerpo de la suficiente agua mediante la ingesta habitual de líquidos, ya que de lo contrario podríamos sufrir una deshidratación.
Además, no debemos estimular la sudoración mediante el uso de mantas o radiadores, puesto que podríamos hacer que la temperatura aumentara. Debemos dejar que el cuerpo actúe de forma natural, medir la temperatura durante el curso de la afección, y acudir el médico si la temperatura supera las cifras indicadas con anterioridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario