Un exalcalde de Santa Cruz hace su última jugada antes de morir de cáncer, renuncia a sus intereses y a su propia vida para salvar las de sus coterráneos. Ese es el argumento de la nueva película de Paz Padilla, en la que el humorista Ernesto Ferrante es el principal soporte de una hora y media de dramatismo criollo.
Tres historias se cruzan en esta cinta. La de una familia humilde, que es perseguida por la tragedia, pues al fallecimiento de la madre se suma la enfermedad del hijo huérfano. La del joven médico que atraviesa una crisis de pareja y que encuentra en la bondad de una enfermera una chance para cambiar de vida. Y la del exalcalde que busca volver al sillón municipal junto a sus asesores e intereses.
El padecimiento del cáncer es el nexo entre las historias. La temática es conmovedora y es notorio que el director busca tocar fibras sensibles; sin embargo, su flaqueza está en que no termina de construir con emotividad escenas clave, como por ejempo, la que Carla Morón narra cómo superó la enfermedad.
Otro punto flaco es que interrumpe el desarrollo de los personajes con situaciones humorísticas que distraen el estado emocional del espectador.
Pepe Cabrera se interpreta a sí mismo; Adalid Novillo, el niño actor, se muestra natural y aceptable. Widen Sorich cumple con su papel, Ronald Valverde, Juan Paniagua y Fabiola Roca se muestran con buen perfil. Fátima Cuéllar y Katherine David engalanan la pantalla con su belleza. Y a Rudy Rivero le sobra entusiasmo.
En detalle
- Aparición.- Percy Fernández, Dora Luz de Dávila y Carla Morón participan del filme.
- Italia.- Hay escenas donde se muestra a las divisiones inferiores del Inter de Milán entrenándose y al colombiano Iván Córdoba.
- Beneficencia.- Las recaudaciones de la cinta irán para instituciones solidarias.
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