En la unión de todas las articulaciones del cuerpo existen los ligamentos, una especie de cordones fibrosos que unen los huesos entre sí y dan estabilidad a las articulaciones.
La lesión de estos ligamentos se denomina esguince. Un esguince se produce al estirar o forzar en exceso los ligamentos, lo cual puede ocurrir cuando la articulación sufre un golpe o una torsión forzada.
Las zonas más predispuestas a sufrir esguinces son los tobillos, rodillas y muñecas, además de las articulaciones de los pulgares de manos y pies.
Los síntomas
El principal es el intenso dolor en la articulación, que suele impedir casi por completo el movimiento de la zona afectada, que se inflama.
Se distingue fácilmente de una luxación o fractura, ya que no aparece deformidad en la articulación. Puede aparecer un hematoma, pero es menos frecuente.
Las causas
La causa es siempre estirar el ligamento más allá de su límite de elasticidad. Si se fuerza la articulación a un movimiento que vá más allá de su límite normal, lo primero que se resiente son los ligamentos, por lo que todo dependerá de la intensidad de la torsión.
Los primeros auxilios
Se debe aplicar frío -si se dispone de hielo, mejor- sobre la zona lastimada. Después se debe poner un vendaje compresivo, con una venda elástica, en la articulación afectada.
Es necesario inmovilizar lo mejor posible y buscar un mecanismo de diagnóstico exacto para conocer el alcance de la lesión.
Es importante actuar rápido, aunque no duela demasiado y la articulación se pueda mover ligeramente.
Un esguince mal tratado puede hacer perder movilidad en la articulación. Además, los ligamentos quedan debilitados y se aumenta el resgo de que se repita la lesión, después de algún tiempo, en caso de no aplicarse el tratamiento adecuado bajo supervisión médica.
En el caso de las rodillas, la situación es especialmente grave, ya que es una articulación muy compleja: uno de los músculos del muslo que llegan a la rodilla se deteriora rápidamente a partir de las seis horas posteriores a la lesión; el resto de los músculos del muslo empiezan a estropearse a partir de 24 ó 36 horas de haberse producido la lesión.
Por supuesto, un pequeño esguince no causa estos problemas de deterioro muscular. Un aspecto curioso de los esguinces es que se suelen producir a pares, con algunos días de diferencia. Es decir, si se esguinza el tobillo derecho, hay muchas posibilidades de que algunos días después ocurra lo mismo con el izquierdo o viceversa.
El motivo es sencillo y sólo ocurre a los impacientes: cuando alguien vuelve a entrenarse sin estar debidamente curado, para evitar dolores en el miembro lesionado, tenderá a hacer trabajar más al opuesto. Esto sólo lo evita el sentido común y el esperar a recuperarse por completo de las lesiones.
La prevención
La gran mayoría de las lesiones se puede evitar con un buen calentamiento y al ejecutar las técnicas de todos los deportes correctamente.
En primer término, es importante ejecutar adecuadamente el calentamiento muscular y de las articulaciones, en particular si se va a practicar artes marciales, pues un golpe mal dado, con poca o excesiva fuerza, o un movimiento mal hecho pueden derivar en esta lesión.
Por ello, en todos los deportes es preciso ejecutar correctamente las técnicas. Por ejemplo, en artes marciales, dar un puñetazo con la muñeca floja es la mejor manera de hacerse un esguince, o incluso dislocársela.
Dar una patada, descalzos, con la punta de los dedos, tiene resultados “excelentes” sobre la integridad del pulgar del pie.
Quienes ya hayan sufrido un esguince, al volver al entrenamiento y durante una temporada, es muy recomendable usar un vendaje compresivo durante las prácticas, o muñequeras, rodilleras o tobilleras.
El vendaje preventivo es la mejor manera de que no se vuelva a reproducir la lesión.
TORSIÓN EXAGERADA
Generalmente, los esguinces son consecuencia de esfuerzos muy grandes de torsión de las articulaciones, cuando los ligamentos son forzados a estirarse más allá de su propia capacidad. Su gravedad depende del grado de torsión.
PARA ENTENDER MEJOR
Torsión. Acción y efecto de torcer o torcerse algo en forma helicoidal o de hélice.
Inflamación. Alteración patológica en una parte cualquiera del organismo, caracterizada por trastornos de la circulación de la sangre y, frecuentemente, por aumento de calor, enrojecimiento, hinchazón y dolor.
Luxación. Lesión que se produce cuando los huesos de una articulación se salen de su lugar natural.
Fractura. Lesión muy dolorosa que se produce cuando un hueso se rompe.
Hematoma. Acumulación de sangre en un tejido a causa de la rotura de un vaso sanguíneo, que deja una marca de color violáceo en la piel de la zona afectada.
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