Cuando llegamos a la etapa adulta una de las preocupaciones son las líneas de expresión en el rostro que al realizar gestos aparecen en la frente, el entrecejo, alrededor de los ojos, en el surco naso geniano que se encuentra entre la nariz, el labio y otras zonas. Las líneas se vuelven más notorias o profundas hasta convertirse en arrugas de acuerdo al cuidado que le demos a nuestra piel, la protección solar, los malos hábitos como fumar, beber, no dormir, no tomar agua, alimentación inadecuada y poco ejercicio hacen que el envejecimiento se acelere y llegue prematuramente antes de los 35 años.
Todo tratamiento médico estético por más efectivo que sea como es el caso de la toxina botulínica, siempre debe ir acompañado de una alimentación adecuada, mejorar hábitos y utilizar una rutina facial para enlentecer el proceso de envejecimiento, no solo a nivel de la piel sino a nivel de todo el organismo.
La aplicación de toxina botulínica con fines estéticos es uno de los procedimientos más comunes y avanzados para rejuvenecer que se realizan hoy en día en todo el mundo, disminuye 5 a 10 años sin cirugía en tan solo 3 a 7 días. Sirve para las arrugas de la frente, los surcos del entrecejo que nos hacen ver enojados, arrugas alrededor de los ojos, más conocidas como patas de gallo, también se puede corregir asimetrías como cejas caídas, se puede elevar las cejas. Las arrugas al lado de la nariz o líneas de conejo, las que se forman por encima del labio superior en los fumadores o personas que utilizan placas dentales, en los labios caídos. Y para relajar la borla del mentón.
La aplicación de Toxina Botulínica debe ser realizada por médicos capacitados para evitar complicaciones, este procedimiento es mínimamente invasivo, sin cortes ni suturas (puntos), para rejuvenecer y corregir estéticamente la región facial. En manos inadecuadas no es una técnica segura, ya que existen límites en el rostro donde no debe colocarse la toxina botulínica.
El tiempo que demora la aplicación es 15 a 30 minutos, es importante destacar que, los efectos de la toxina botulínica comienzan a observarse entre el 2do y 3er día de las inyecciones, alcanzando su pico en 1 a 4 semanas, declinando su efecto entre 4 y 6 meses. El tratamiento puede realizarse cada 6 meses. Puede aplicarse a partir de la aparición de las primeras líneas de expresión para evitar que éstas se profundicen, a partir de los 22 años.
Los cuidados inmediatos son dormir en posición semi sentada la primera noche, no realizar esfuerzos físicos para evitar inflamación y que la toxina migre a otro sector del rostro, no acudir a piscinas o saunas, no ingerir bebidas alcohólicas por 72 horas.
Otras indicaciones de la toxina botulínica son la hiperhidrosis o sudoración excesiva de las palmas de las manos y también de las axilas, lugares donde si es inyectada cederá inmediatamente el sudor. La migraña, espasmos musculares y algunas enfermedades de origen neurológico.
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