Métodos de anticoncepción hay muchos, desde los más tradicionales (y muchas veces no muy eficaces) a los más modernos (con índices muy altos de efectividad), pero en Bolivia solo 40% de las mujeres emplea métodos modernos de anticoncepción, de acuerdo a un informe realizado el 2014. Por otro lado, las adolescentes siguen sin formación en educación sexual a pesar de que sus relaciones se han adelantado de los 20 a los 16 años en sólo una generación y el preservativo sigue siendo el método anticonceptivo favorito de las mujeres.
Un estudio sobre el uso y la opinión de los métodos anticonceptivos que la Sociedad Española de Contracepción (SEC) y la Fundación Española de Contracepción (FEC) ha realizado revela que aunque cada vez más mujeres deciden protegerse en sus relaciones sexuales, todavía se generan situaciones alarmantes que pueden desembocar en embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual. Conoce los errores más habituales y controla tu salud sexual y tu planificación familiar.
ERROR 1: Descansos periódicos de la píldora anticonceptiva. Muchas de las mujeres que la toman o las que utilizan métodos hormonales pasan un mes (o varios) sin tomar su método anticonceptivo. Error. Los descansos periódicos son un mito y a pesar de que esta práctica está formalmente desaconsejada, todavía se siguen dando casos en los que los médicos de familia, las matronas o enfermeras siguen prescribiendo descansos. “Mucho personal médico que no se ha actualizado al respecto aconseja sobre anticoncepción y de ahí vienen esos descansos. Hay gente que lo hace porque lo ha leído, pero claro, eso está escrito en libros de hace 20 años y los métodos hormonados han cambiado muchísimo”, explica José Vicente Navarro, presidente de la Federación Española de Contracepción (FEC).
Realizar este tipo de descansos no tiene ninguna ventaja pero sí muchos inconvenientes: se pierde la protección anticonceptiva inmediatamente al no iniciar un nuevo envase de pastillas anticonceptivas, durante el descanso se pasa a utilizar otro método que, al no ser el habitual o familiar, se puede usar de forma incorrecta o inconsistente y derivar en embarazos no deseados.
ERROR 2: Usar mal el preservativo. La gran mayoría afirma usarlo como primer método en el primer encuentro sexual, pero eso no implica que lo hagamos todo bien. Según el estudio español una cuarta parte de las españolas no lo utiliza en su primera relación y un (24,8%) ‘a veces’ no lo usa, índice que debe ser má salto en nuestro país. Con ese ‘a veces’ nos referimos a “relaciones imprevistas (33,3%), no estar en días fértiles (24,9%), no interrumpir la relación para que su pareja se lo ponga (17,4%), estado de euforia por consumo de alcohol o drogas (8,8%) o la utilización de otros métodos (13,8%).
ERROR 3: No saber qué método te conviene. No asesorarse para saber qué anticonceptivo es el que mejor se adapta a tus necesidades es otro error frecuente. Más de la mitad de las españolas de 15 a 49 años (el 60,1%) no ha acudido a un médico de atención primaria, ginecólogo, matrona o centro de planificación para que le indicaran cuál es el más idóneo en su situación e informarse de las contraindicaciones o efectos secundarios que producen. Las más jóvenes, además, son las que menos se informan. Solo el 19,8% se acerca a su médico en los primeros años.
ERROR 4: Desconocer qué es el Doble Método. Tres de cada diez jóvenes no sabe qué es el ‘Doble Método’, es decir, combinar un método eficaz para prevenir el embarazo (píldora, DIU, anillo vaginal, parche, implante o inyección) con el preservativo, que previene las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Son las mujeres con menor nivel de estudios y las de menores ingresos familiares las que menos conocen sus beneficios.
ERROR 5: No llevar preservativo encima. Alguien debería reponer aquello del “Póntelo, pónselo”. Aunque las mujeres afirman que es su método anticonceptivo favorito, tres de cada diez no suelen llevar condones encima.
ERROR 6: Hacer caso a tu pareja cuando dice que no se quiere poner preservativo. El 7,4% de las encuestadas afirmó que no usa preservativo porque “su pareja no quiere”. El 35% de las mujeres debate con su pareja qué método usar, pero de ahí a no usarlo “porque él no quiere” evidencia un error de método a enmendar.
ERROR 7: Fumar y tomar la pastilla anticonceptiva después de los 35 años. Fumar ya es perjudicial de por sí, pero hay mucha leyenda urbana sobre las terribles consecuencias que persiguen a las fumadoras si toman la píldora anticonceptiva. “Solo existe riesgo cardiovascular a partir de los 35 años”, clarifica José Vicente Navarro, presidente de la Federación Española de Contracepción (FEC).
“No existe un método infalible. Por mucho que queramos, hasta el más eficaz tiene un índice de fallos y generalmente se suelen dar con los métodos que exigen un cumplimiento de la usuaria. Todos sabemos que el día a día es lo que tiene: una mujer se puede olvidar de la pastilla, hacer un descanso periódico, tener vómitos y perder la efectividad de la pastilla…” recuerda Navarro. Todos cometemos errores, pero mejor tener información para tratar de evitarlos.
El estrés marca la vida anticonceptiva de las más jóvenes
Las mujeres de entre 21 y 29 años, pertenecientes a la llamada generación “milenials” o “nativas digitales” olvida tomar la píldora anticonceptiva por el estrés que les provoca su estilo de vida, con cambios constantes de horarios y rutinas.
En concreto, 39% de mujeres se olvida de tomar la píldora a causa del estrés, al menos una vez. Estas son algunas conclusiones destacadas de la encuesta, presentada por la empresa farmacéutica Bayer en Barcelona, “Milenials y Anticoncepción. ¿Por qué se olvidan?”.
El estudio ha sido realizado por Opinion Health mediante un cuestionario online en nueve países: Francia, Alemania, Italia, España, Bélgica, Irlanda, México, Brasil y EE.UU a 4.500 mujeres (500 mujeres por cada país), en edades comprendidas entre los 21 y 29 años, que toman -o deberían- la píldora anticonceptiva diariamente.
Para el ginecólogo Sergio Haimovich, del Hospital del Mar de Barcelona, se trata de un tema “muy importante” para los ginecólogos, porque ya han salido estudios tanto a nivel nacional como internacional que han demostrado que la mayoría de los abortos no son causados por no usar un método, sino por el mal uso de los existentes.
A su juicio, el resultado de esta encuesta tiene que provocar una reflexión entre los profesionales en cuanto “a que tenemos que adaptarnos a los estilos de vida de nuestras usuarias y puede que el método que creíamos era mejor, la píldora, realmente no sea el mejor para todas las mujeres, y hay que ir a un anticonceptivo que no dependa de la usuaria, usar métodos de larga duración, como el DIU.
En este sentido ha recordado que desde hace dos años existe en el mercado un DIU, más pequeñito, diseñado específicamente para adolescentes y mujeres que todavía no han sido madres.
Iniciar una nueva vida en pareja, romper con ella o un cambio profesional, son las variables más frecuentes que aparecen en el estudio como generadoras de situaciones de estrés.
Las expertas encargadas de presentar este informe, como la doctora británica Tina Peers ha asegurado que esta generación de mujeres sufre unos niveles de estrés un 10% superior al de sus madres y que éste está provocado por la autoexigencia que se imponen para ser perfectas en todos los órdenes de su vida.
Cuando nos encontramos estresados, el cerebro libera un tipo de hormonas que inciden en las estructuras clave para los procesos de memoria y pueden afectarla.
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