lunes, 31 de julio de 2017

Gota



La gota, una de las formas más antiguas de artritis, es una enfermedad metabólica de naturaleza heterogénea, a menudo familiar, caracterizada por hiperuricemia y depósitos de urato monosódico en articulaciones y otros tejidos extrarticulares.

Es más frecuente en el hombre que en la mujer, con una relación de 3 a 1.

En hombres se presenta usualmente alrededor de los 30 años, mientras que en las mujeres en la postmenopausia. Puede asociarse con diabetes mellitus (DM), obesidad, dislipemia e hipertensión arterial (HTA).

La gota puede clasificarse en:

Primaria: aquella que se presenta en ausencia de enfermedades aparentes, dieta o fármacos.

Secundaria: la que se asocia a cualquier causa de hiperuricemia prolongada. Las más frecuentes son las inducidas por diuréticos y las relacionadas con alteraciones mieloproliferativas. La insuficiencia renal y la psoriasis son causas infrecuentes.

La hiperuricemia puede deberse a:

Aumento de la producción de ácido úrico (10%).

Hiperuricemia primaria: idiopática, anomalías del metabolismo.

Hiperuricemia secundaria: ingesta excesiva de purinas, consumo excesivo de alcohol, fase blástica de enfermedades linfo y mieloproliferativas, radio o quimioterapia en leucemias y linfomas, mieloma múltiple, policitemia, anemias hemolíticas, psoriasis extensa.

Claves diagnósticas

Inicio agudo, típicamente nocturno y usualmente monoarticular; a menudo compromete la primera articulación metatarso falángica y requiere atención de urgencia.

Descamación postinflamatoria y prurito.

Hiperuricemia en la mayoría, el diagnóstico se confirma con la identificación de cristales de urato monosódico en fluido articular o tofos.

Respuesta terapéutica dramática al uso de AINES o colchicina.

Recomendaciones

Abstenerse de alcohol.

Dieta baja en purinas (evitar café, carnes rojas).

Ingesta hídrica elevada (2 litros/día).

Fuente: Internet

No hay comentarios:

Publicar un comentario