Los niños que reciben estimulación temprana desde su nacimiento hasta los cinco años de edad tienen más probabilidades de desarrollar un carácter optimista y más seguro. Esta técnica busca el desarrollo de los niños y niñas pero sin adelantar los procesos del crecimiento.
La fisioterapeuta Mariel Dávalos, quien impartió recientemente un taller dirigido a padres de familia denominado “Masaje Shantala y estimulación temprana”, asegura que la mayor parte de los papás educan a los niños de una manera estática y poco dinámica.
Dávalos explica que un masaje, cuya base son las caricias, tiene importancia porque proporciona contacto emocional de equilibrio entre padres e hijos, lo que ayudará en el desarrollo de éstos, y forma parte de la estimulación.
Este masaje influye en la atención de los niños, también evita cólicos en los lactantes y les ayudará a sentirse seguros. La técnica también es beneficiosa para la autodeterminación del infante y la autoestima de éste, además evita problemas respiratorios y cardiovasculares.
La estimulación temprana, explica, está definida como un conjunto de técnicas sistemáticas cuyo propósito no es el de adelantar procesos del desarrollo, como se cree normalmente. Por ejemplo, no busca que el pequeño camine antes de tiempo, por el contrario, pretende que su desarrollo motriz esté dentro de lo normal y que disfrute, analice y viva cada etapa de acuerdo con su edad.
La especialista hace énfasis en un error común que cometen muchos padres como, por ejemplo, el comparar a sus hijos con otros niños. “Dicen: ‘Mi hijo ya camina, mientras que otro de la misma edad sólo gatea’. Esto influye negativamente porque cada niño tiene una individualidad y una característica diferente en su desarrollo”.
Precisa, además, que muchos chiquillos no gatean porque no reciben la estimulación adecuada de sus progenitores. Esto repercute negativamente porque el gatear es una de las partes más importantes en el desarrollo infantil.
“Si el niño no gatea, los músculos paravertebrales o abdominales no se preparan para caer y el reflejo de paracaídas permanece inhibido”. Está establecido que los chicos tienden a gatear entre los seis y nueve meses.
Dávalos sostiene que la estimulación temprana permite, justamente, que estos músculos trabajen. Para ello se usan juegos con pelotas, rollos u otros materiales.
Por otra parte, la fisioterapeuta explica que algunos padres piensan que la terapia de estimulación se limita a ejercicios simples, cuando esta actividad plantea el jugar con los niños e interrelacionarse con ellos para que asimilen mucho mejor estos ejercicios.
En los recién nacidos, hasta los tres meses, esta terapia de masajes permite que los papás aprendan la forma de mover los dedos, como tocar los brazos de tal forma que el niño encuentre sus manitos al centro del cuerpo.
Normalmente, señala, los infantes nacen con las manitos y puños cerrados, porque éste es un reflejo nervioso natural desde que están en la placenta. “Aquí se les enseña a que el niño vaya soltando las manos de a poco”.
A partir de los tres meses, se les enseña a los padres cómo deben hacer sentar a sus hijos, apoyados en almohadones, y cómo tienen que voltearlos.
Finalmente, Dávalos indica que existen diversos ejercicios de estimulación temprana, con juegos, para pequeños de diferentes edades, hasta que cumplan ocho años.
Estarán mejor preparados
La doctora en psicología Margaret Hurtado afirma que las sensaciones que genera la estimulación temprana servirán como una plataforma para que el niño tenga, en el futuro, una serie de recursos que le permitirán afrontar la vida con más seguridad. Aunque el pequeño o pequeña no lo recuerde, esta actitud será resultado del amor que recibió de sus padres.
Para la psicóloga, estos cursos de estimulación son muy importantes y las madres deberían, intuitivamente, hablar con el niño desde que nace, por ejemplo, decirle su nombre, mostrarle el mundo que lo rodea, la cuna, el cuarto, y no dedicarse sólo a tocarlo y besarlo.
Para destacar
El masaje Shantala fue aplicado por Federic Levoyers después de observar a una mujer practicando la técnica hindú.
El masaje y la estimulación temprana evitan los problemas respiratorios y cardiovasculares, y dan seguridad.
Para que los niños aprendan a gatear es necesario estimularlos. Esto evitará que se golpeen el rostro cuando sufran caídas.
Hasta los tres años de edad se puede trabajar con pelotas, y a partir de los seis en adelante, se debe utilizar otras técnicas.
Cuando los padres no estimulan, no dan afecto o sobreprotegen a sus hijos, logran una regresión en ellos.
Algunos progenitores obligan a sus hijos a hacer ejercicios que no están acordes con su edad ni con su peso, lo que incorrecto.
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