Salud: El mal afecta más a las mujeres. Un factor es que los padres envuelven a los pequeños con fajas y con las piernas muy juntas.
En La Paz, uno de cada dos niños sufre de displasia de cadera, que es provocada mayormente por la faja con la que los padres envuelven a los menores desde que nacen.
Según el director del Hospital del Niño, Christian Fuentes, la displasia de cadera es un mal muy frecuente que se presenta en ese nosocomio, pues en consulta externa, “de cada 30 pacientes, 15 tienen la enfermedad”. Actualmente, estos niños reciben diferentes tratamientos.
Los índices de los menores que requieren cirugías por este mal también son altos, “habitualmente hay entre dos y tres cirugías por semana”.
Fuentes explicó que ésta es una anomalía que se da en la articulación de la cadera. Se produce cuando la cabeza del hueso del fémur y la cavidad de la pelvis, donde éste se aloja, no encajan de una forma correcta. “Es una pérdida de la relación articular paulatina de la articulación de la cadera, que va perdiendo la relación hasta luxarse”.
El especialista aclaró que ésta no es una enfermedad que se transmite de padres a hijos, es más de tipo genotípico, es decir, de forma.
Entre los factores de riesgo más importantes cita el sexo, o sea que el mal afecta más a las mujeres que a los varones; “la relación es tres a uno”, respectivamente. Otro factor es la posición del feto durante el embarazo: si el bebé estuvo en posición transversal o sentado y no en la posición adecuada en el útero, que es la posición cefálica, es decir, cuando la cabeza del bebé está hacia abajo.
En La Paz, se suma el factor ambiental, cuando las madres envuelven a los niños con fajas y con las piernas muy juntas, lo que provoca la patología.
Según Fuentes, el tema fue analizado en el noveno Congreso Nacional de la Sociedad Boliviana de Ortopedia y Traumatología, en el que participaron 24 especialistas extranjeros, quienes presentaron la prevalencia de dicha deformidad.
“En el país existe un alto índice del mal, es decir, cinco niños por cada mil habitantes lo tienen”, aseguró Fuentes.
Por ello, recomendó que los padres deben estar pendientes del desarrollo de sus hijos. “Tienen que llevarlos al médico e insistir en que vayan a una revisión de la cadera. Muchos profesionales de los hospitales de primer y segundo nivel no toman los recaudos pertinentes”.
A los menores de tres meses se les debe tomar una radiografía y si tienen mayor edad, se hace el diagnóstico y tratamiento precoz para que no queden secuelas.
Padres no deben temer al arnés
“Cuando los padres reciben la noticia de que su hijo tiene displasia de cadera y que debe usar el arnés de Pavlik, se asustan y comienzan a afligirse, pero no tienen que tenerle miedo porque es un método inocuo y bien tolerado por los bebés”, aseguró el director del Hospital del Niño, Christian Fuentes.
De acuerdo con el especialista, la duración del tratamiento es variable, pues podría recetarse desde seis semanas hasta tres meses.
En los niños de más edad se realizan yesos especiales y hasta cirugía traumatológica, si el cuadro es más severo. Lo más importante es saber que un diagnóstico precoz, efectuado en etapa neonatal, puede evitar que se llegue a tratamientos incómodos.
Corregirán las deformidades
La cirugía correctiva para deformidades de pie, tobillo, cadera o rodilla ya se realiza en el Hospital del Niño.
De acuerdo con el director del nosocomio paceño, Christian Fuentes, en el país estos males no son muy frecuentes, es decir que afectan a uno de cada 2.000 niños.
La deformidad se presenta en menores que no realizan actividad física, lo cual hace que la pierna del bebé se desvíe hacia afuera. Antes, la única forma de tratar el mal era con una estectomía, es decir que se cortaba el hueso del lugar afectado; ahora con la cirugía correctiva se introduce una placa y se corrige la malformación. “Después de una hora, desde la cirugía, el niño puede caminar”.
Para destacar
En el noveno Congreso de la Sociedad Boliviana de Ortopedia y Traumatología participaron 24 especialistas extranjeros.
La cita también analizó los problemas de la columna, los cuales presentan los adolescentes bolivianos.
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