Alerta: El Ministerio de Salud calcula que en Bolivia mueren unas 120 personas al año por la falta de una donación de riñón.
El Ministerio de Salud informó que en el país hay cerca de 800 pacientes renales crónicos que requieren con urgencia de un riñón para sobrevivir; sin embargo, sólo 20 por ciento de ellos (160) accede a un trasplante por donación cadavérica o porque uno de sus familiares accede a donarle este órgano vital.
El responsable del Programa Nacional de Salud Renal de esa repartición, Ólker Calla, informó a La Prensa que en el país hay unos 2.000 pacientes con insuficiencia renal crónica, de los cuales un 60 por ciento, o sea 1.200, puede acceder a un tratamiento de hemodiálisis.
El otro 40 por ciento (800) necesita una donación urgente. “De ellos, un 15 por ciento recibe donación de un donante vivo y el otro cinco por ciento de donación cadavérica; los demás se suman a la lista de espera y, por la falta de donantes, cerca del 15 por ciento muere”, es decir unos 120.
La insuficiencia renal es la incapacidad de los riñones para filtrar la orina. Esta afección puede ser aguda, cuando se presenta sin previo aviso, o crónica (o terminal) cuando la condición del enfermo exige un trasplante o una diálisis para que pueda filtrar los desechos de su organismo. Esta última puede derivar en la muerte si no se la trata a tiempo.
Calla explicó que la cantidad de pacientes con este mal incrementa cada año como consecuencia de las enfermedades no transmisibles de la diabetes y la hipertensión, entre otras patologías.
Según el secretario general del Colegio Médico de La Paz, Marlon Jaimes, según la Ley 1716 de Trasplantes, hay dos tipos de donantes de órganos: los vivos, que por lo general son familiares, y los cadavéricos, ajenos a la parentela. “La desventaja de los primeros es que pueden padecer el mal; mientras que con los segundos no se pone en riesgo a otro paciente”.
Por eso, el Ministerio impulsa la donación cadavérica o por muerte encefálica, “es decir que (el donante) vive artificialmente, para ello la familia debe estar de acuerdo (con que se le extraiga el órgano)”.
Jaimes, que también es médico nefrólogo del Hospital Obrero, uno de los seis centros médicos autorizados del país para realizar trasplantes, indicó que actualmente 209 pacientes reciben el tratamiento de hemodiálisis, y el 70 por ciento de ellos tiene urgencia de trasplante. “De enero de 2009 a la fecha se realizaron 11 trasplantes”, informó el especialista.
También hay 20 pacientes del grupo denominado diálisis peritoneal que necesitan la cirugía, además de los cerca de 3.000 diagnosticados por año que están en la “fase cuatro” de la enfermedad, es decir que no necesitan hemodiálisis.
Calla comentó que en Santa Cruz hay mayor conciencia de la gente para donar sus órganos en estado cadavérico. “Tenemos una tasa de 5,3 donantes por millón de personas; sin embargo, en la región de La Paz, las cifras llegan a 0,3 por millón”.
La tasa de donantes en Bolivia es de 1,3 por millón de personas, “en relación con las cifras del año pasado, cuando estábamos en cero, es bastante, pero se necesita de mayor amor a las personas”.
Para efectuar un trasplante se cumple tres pasos: el protocolo de pretrasplante renal, de entre dos y tres meses, mientras el paciente no está internado; la reunión del comité de trasplante (expertos que harán la cirugía) y, si todo está bien y el paciente no tiene contraindicaciones, un control de siete días antes de la intervención. A decir del doctor Jaimes, puede darse un retransplante, es decir, una segunda cirugía.
Ya hay 1.100 donantes voluntarios
El responsable del Programa Nacional de Salud Renal del Ministerio de Salud, Ólker Calla, informó que desde 2009 a la fecha se inscribieron 1.100 donantes voluntarios a la campaña “Donar es Vida”, que se lanzó en la gestión del ministro Ramiro Tapia.
En 2009 se alcanzó a registrar 800 voluntarios y este año hubo 300, explicó Calla. “Esta campaña es una concienciación para que las personas entiendan que la donación es un acto altruista, voluntario y de amor. Es sembrar una semilla de vida en otra persona cuando fallece, pues estos órganos son implantados en otra persona”.
Además, el funcionario estatal manifestó que estos donantes voluntarios deben informar a sus familiares sobre su decisión, para que luego de su muerte entiendan que fue su determinación, ya que sus órganos no solamente pueden salvar la vida de una persona, sino de dos. “A veces los parientes no quieren que los órganos de esa persona se donen y les quitan la esperanza de vivir a los enfermos renales terminales”. Calla informó que entre los inscritos se hallan el actor Guery Sandóval (Pocholo) y el futbolista Marcelo Martins. Y que ninguno de los 1.100 inscritos aún falleció para cumplir con la donación.
Al año se trasplantará médula ósea
Los trasplantes de médula ósea dejaron de practicarse desde hace tres años en Bolivia por un vacío normativo, aunque se volverán a realizar desde 2011. De acuerdo con el oncohematólogo e investigador en medicina Ricardo Amaru, “hace tres años hicimos tres trasplantes, pero actualmente no porque no había una reglamentación en el país, ahora ya tenemos una”.
La demanda en el campo de la oncohematología, según el experto, llega a 50 pacientes anuales en tratamiento, “pero son 20 los que sí o sí deben ir a trasplante”. Actualmente se está organizando varios grupos de profesionales del país para realizar estas operaciones. “Los que tienen dinero viajan a Brasil o Estados Unidos para acceder a una cirugía de este tipo”.
Las córneas son traídas desde EEUU
Cada año aumentan los solicitantes de transplantes de córneas en el Instituto Nacional de Oftalmología de La Paz, un centro referencial a escala nacional. El director de esta repartición médica, Joel Moya, explicó que en lo que va del año los especialistas realizaron el trasplante de córnea a 60 personas y hay una lista de espera de una cantidad similar; sin embargo, hasta fin de la gestión se alcanza a unos 200 pacientes que ingresan a esta nómina. “Las córneas que se implantan en los pacientes bolivianos son importadas de Estados Unidos, del Banco de San Diego, porque en el país no hay donantes”. Aunque aclaró que hace 40 años en el país existía un banco de ojos, que se cerró.
El especialista informó que por cada millón de habitantes, 600 necesitan esta cirugía. El costo es de 1.400 bolivianos en el Instituto Nacional de Oftalmología de La Paz, en tanto que en los centros privados el paciente llega a pagar entre 2.000 y 2.500 dólares. De acuerdo con el responsable del Programa de Salud Renal del Ministerio de Salud, Ólker Calla, su repartición genera también mecanismos para poder conseguir donadores de córneas entre los pobladores bolivianos.
No se hace el trasplante de hígado
El responsable del Programa de Salud Renal, Ólker Calla, informó que sólo en Santa Cruz se realizó en el pasado trasplantes hepáticos, aunque se anunció que el siguiente año reactivará esta cirugía. “Este tipo de trasplantes es más complicado que el de corazón, ya que se saca una gran porción del hígado de un paciente que está convaleciente y se traslada a la persona que lo necesita para que tenga un hígado funcionante”, explicó el representante del Ministerio de Salud.
Por eso, muchos pacientes viajan al extranjero para hacerse una cirugía de este tipo. En la capital cruceña, históricamente se realizaron ocho implantes, una de las beneficiarias fue la niña Indira Soruco, que ahora es una jovencita saludable.
Trasplante de corazón, sólo una vez
Debido a la falta de donantes, en Bolivia no se realiza trasplantes de corazón porque no hay una lista de espera, informó la Sociedad Boliviana de Trasplantes de Órganos (SBTO). La vicepresidenta de esta institución, Maisa Saavedra, informó que “no se puede poner en lista de espera a los enfermos del corazón porque una cardiopatía que se presenta de forma inesperada puede terminar con la vida”.
No obstante, aclaró la representante de la Sociedad Boliviana de Trasplantes de Órganos, hay un tipo de pacientes con patologías del corazón que con un tratamiento médico pueden acceder a un trasplante, pero como no hay donantes en el territorio boliviano, éstos deben viajar especialmente al exterior para acceder a este órgano vital.
Sin embargo, hace 12 años, exactamente en febrero de 1998, el cirujano Juan Pablo Barrenechea realizó el primer trasplante de corazón en Bolivia, en el Centro Médico Quirúrgico Boliviano Belga de Cochabamba. La operación fue acompañada por un equipo consolidado. El paciente, afirmó el responsable del Programa de Salud Renal, Ólker Calla, actualmente se encuentra en perfectas condiciones y es una persona saludable.
Hospitales acreditados
El Hospital Obrero Nº 1, de la Caja Nacional de Salud, en La Paz, fue el pionero en el país en trasplante de riñón.
También está habilitado para realizar esta operación el Hospital Militar o Corporación del Seguro Social Militar (COSSMIL).
En Cochabamba, los trasplantes de riñón se practican en el Hospital Público Clínico Francisco Viedma.
El Centro Médico Boliviano Belga también está autorizado por el Ministerio de Salud para hacer este tipo de intervención.
En Santa Cruz está avalado el Hospital Santa Cruz, de la Caja Petrolera, para realizar el trasplante renal.
La clínica privada Incor, de la capital cruceña, es otro centro médico habilitado para el mismo cometido.
Historias
“Desde hace tres años que estoy con insuficiencia renal y desde entonces creo que en cualquier momento voy a morir. No puedo soportar el dolor del tratamiento, porque nos postra en la cama y nos deja exhaustos, pero debo hacerlo porque tengo mi hija de 16 años a quien quiero ver profesional”.
Emma Cáceres (48 años)
“El tratamiento de hemodiálisis es muy costoso para mi familia, tengo que pagar cerca de 800 bolivianos cada tres meses, y la verdad no estoy en condiciones para hacerlo. A veces quisiera morirme, porque cada día que pasa me siento peor, no puedo mover mis pies, estoy débil y el peor trauma es ir a orinar”.
Rolando Quispe (54 años)
Verónica Zapana
El Ministerio de Salud informó que en el país hay cerca de 800 pacientes renales crónicos que requieren con urgencia de un riñón para sobrevivir; sin embargo, sólo 20 por ciento de ellos (160) accede a un trasplante por donación cadavérica o porque uno de sus familiares accede a donarle este órgano vital.
El responsable del Programa Nacional de Salud Renal de esa repartición, Ólker Calla, informó a La Prensa que en el país hay unos 2.000 pacientes con insuficiencia renal crónica, de los cuales un 60 por ciento, o sea 1.200, puede acceder a un tratamiento de hemodiálisis.
El otro 40 por ciento (800) necesita una donación urgente. “De ellos, un 15 por ciento recibe donación de un donante vivo y el otro cinco por ciento de donación cadavérica; los demás se suman a la lista de espera y, por la falta de donantes, cerca del 15 por ciento muere”, es decir unos 120.
La insuficiencia renal es la incapacidad de los riñones para filtrar la orina. Esta afección puede ser aguda, cuando se presenta sin previo aviso, o crónica (o terminal) cuando la condición del enfermo exige un trasplante o una diálisis para que pueda filtrar los desechos de su organismo. Esta última puede derivar en la muerte si no se la trata a tiempo.
Calla explicó que la cantidad de pacientes con este mal incrementa cada año como consecuencia de las enfermedades no transmisibles de la diabetes y la hipertensión, entre otras patologías.
Según el secretario general del Colegio Médico de La Paz, Marlon Jaimes, según la Ley 1716 de Trasplantes, hay dos tipos de donantes de órganos: los vivos, que por lo general son familiares, y los cadavéricos, ajenos a la parentela. “La desventaja de los primeros es que pueden padecer el mal; mientras que con los segundos no se pone en riesgo a otro paciente”.
Por eso, el Ministerio impulsa la donación cadavérica o por muerte encefálica, “es decir que (el donante) vive artificialmente, para ello la familia debe estar de acuerdo (con que se le extraiga el órgano)”.
Jaimes, que también es médico nefrólogo del Hospital Obrero, uno de los seis centros médicos autorizados del país para realizar trasplantes, indicó que actualmente 209 pacientes reciben el tratamiento de hemodiálisis, y el 70 por ciento de ellos tiene urgencia de trasplante. “De enero de 2009 a la fecha se realizaron 11 trasplantes”, informó el especialista.
También hay 20 pacientes del grupo denominado diálisis peritoneal que necesitan la cirugía, además de los cerca de 3.000 diagnosticados por año que están en la “fase cuatro” de la enfermedad, es decir que no necesitan hemodiálisis.
Calla comentó que en Santa Cruz hay mayor conciencia de la gente para donar sus órganos en estado cadavérico. “Tenemos una tasa de 5,3 donantes por millón de personas; sin embargo, en la región de La Paz, las cifras llegan a 0,3 por millón”.
La tasa de donantes en Bolivia es de 1,3 por millón de personas, “en relación con las cifras del año pasado, cuando estábamos en cero, es bastante, pero se necesita de mayor amor a las personas”.
Para efectuar un trasplante se cumple tres pasos: el protocolo de pretrasplante renal, de entre dos y tres meses, mientras el paciente no está internado; la reunión del comité de trasplante (expertos que harán la cirugía) y, si todo está bien y el paciente no tiene contraindicaciones, un control de siete días antes de la intervención. A decir del doctor Jaimes, puede darse un retransplante, es decir, una segunda cirugía.
Ya hay 1.100 donantes voluntarios
El responsable del Programa Nacional de Salud Renal del Ministerio de Salud, Ólker Calla, informó que desde 2009 a la fecha se inscribieron 1.100 donantes voluntarios a la campaña “Donar es Vida”, que se lanzó en la gestión del ministro Ramiro Tapia.
En 2009 se alcanzó a registrar 800 voluntarios y este año hubo 300, explicó Calla. “Esta campaña es una concienciación para que las personas entiendan que la donación es un acto altruista, voluntario y de amor. Es sembrar una semilla de vida en otra persona cuando fallece, pues estos órganos son implantados en otra persona”.
Además, el funcionario estatal manifestó que estos donantes voluntarios deben informar a sus familiares sobre su decisión, para que luego de su muerte entiendan que fue su determinación, ya que sus órganos no solamente pueden salvar la vida de una persona, sino de dos. “A veces los parientes no quieren que los órganos de esa persona se donen y les quitan la esperanza de vivir a los enfermos renales terminales”. Calla informó que entre los inscritos se hallan el actor Guery Sandóval (Pocholo) y el futbolista Marcelo Martins. Y que ninguno de los 1.100 inscritos aún falleció para cumplir con la donación.
Al año se trasplantará médula ósea
Los trasplantes de médula ósea dejaron de practicarse desde hace tres años en Bolivia por un vacío normativo, aunque se volverán a realizar desde 2011. De acuerdo con el oncohematólogo e investigador en medicina Ricardo Amaru, “hace tres años hicimos tres trasplantes, pero actualmente no porque no había una reglamentación en el país, ahora ya tenemos una”.
La demanda en el campo de la oncohematología, según el experto, llega a 50 pacientes anuales en tratamiento, “pero son 20 los que sí o sí deben ir a trasplante”. Actualmente se está organizando varios grupos de profesionales del país para realizar estas operaciones. “Los que tienen dinero viajan a Brasil o Estados Unidos para acceder a una cirugía de este tipo”.
Las córneas son traídas desde EEUU
Cada año aumentan los solicitantes de transplantes de córneas en el Instituto Nacional de Oftalmología de La Paz, un centro referencial a escala nacional. El director de esta repartición médica, Joel Moya, explicó que en lo que va del año los especialistas realizaron el trasplante de córnea a 60 personas y hay una lista de espera de una cantidad similar; sin embargo, hasta fin de la gestión se alcanza a unos 200 pacientes que ingresan a esta nómina. “Las córneas que se implantan en los pacientes bolivianos son importadas de Estados Unidos, del Banco de San Diego, porque en el país no hay donantes”. Aunque aclaró que hace 40 años en el país existía un banco de ojos, que se cerró.
El especialista informó que por cada millón de habitantes, 600 necesitan esta cirugía. El costo es de 1.400 bolivianos en el Instituto Nacional de Oftalmología de La Paz, en tanto que en los centros privados el paciente llega a pagar entre 2.000 y 2.500 dólares. De acuerdo con el responsable del Programa de Salud Renal del Ministerio de Salud, Ólker Calla, su repartición genera también mecanismos para poder conseguir donadores de córneas entre los pobladores bolivianos.
No se hace el trasplante de hígado
El responsable del Programa de Salud Renal, Ólker Calla, informó que sólo en Santa Cruz se realizó en el pasado trasplantes hepáticos, aunque se anunció que el siguiente año reactivará esta cirugía. “Este tipo de trasplantes es más complicado que el de corazón, ya que se saca una gran porción del hígado de un paciente que está convaleciente y se traslada a la persona que lo necesita para que tenga un hígado funcionante”, explicó el representante del Ministerio de Salud.
Por eso, muchos pacientes viajan al extranjero para hacerse una cirugía de este tipo. En la capital cruceña, históricamente se realizaron ocho implantes, una de las beneficiarias fue la niña Indira Soruco, que ahora es una jovencita saludable.
Trasplante de corazón, sólo una vez
Debido a la falta de donantes, en Bolivia no se realiza trasplantes de corazón porque no hay una lista de espera, informó la Sociedad Boliviana de Trasplantes de Órganos (SBTO). La vicepresidenta de esta institución, Maisa Saavedra, informó que “no se puede poner en lista de espera a los enfermos del corazón porque una cardiopatía que se presenta de forma inesperada puede terminar con la vida”.
No obstante, aclaró la representante de la Sociedad Boliviana de Trasplantes de Órganos, hay un tipo de pacientes con patologías del corazón que con un tratamiento médico pueden acceder a un trasplante, pero como no hay donantes en el territorio boliviano, éstos deben viajar especialmente al exterior para acceder a este órgano vital.
Sin embargo, hace 12 años, exactamente en febrero de 1998, el cirujano Juan Pablo Barrenechea realizó el primer trasplante de corazón en Bolivia, en el Centro Médico Quirúrgico Boliviano Belga de Cochabamba. La operación fue acompañada por un equipo consolidado. El paciente, afirmó el responsable del Programa de Salud Renal, Ólker Calla, actualmente se encuentra en perfectas condiciones y es una persona saludable.
Hospitales acreditados
El Hospital Obrero Nº 1, de la Caja Nacional de Salud, en La Paz, fue el pionero en el país en trasplante de riñón.
También está habilitado para realizar esta operación el Hospital Militar o Corporación del Seguro Social Militar (COSSMIL).
En Cochabamba, los trasplantes de riñón se practican en el Hospital Público Clínico Francisco Viedma.
El Centro Médico Boliviano Belga también está autorizado por el Ministerio de Salud para hacer este tipo de intervención.
En Santa Cruz está avalado el Hospital Santa Cruz, de la Caja Petrolera, para realizar el trasplante renal.
La clínica privada Incor, de la capital cruceña, es otro centro médico habilitado para el mismo cometido.
Historias
“Desde hace tres años que estoy con insuficiencia renal y desde entonces creo que en cualquier momento voy a morir. No puedo soportar el dolor del tratamiento, porque nos postra en la cama y nos deja exhaustos, pero debo hacerlo porque tengo mi hija de 16 años a quien quiero ver profesional”.
Emma Cáceres (48 años)
“El tratamiento de hemodiálisis es muy costoso para mi familia, tengo que pagar cerca de 800 bolivianos cada tres meses, y la verdad no estoy en condiciones para hacerlo. A veces quisiera morirme, porque cada día que pasa me siento peor, no puedo mover mis pies, estoy débil y el peor trauma es ir a orinar”.
Rolando Quispe (54 años)
Verónica Zapana
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