En Villa Tunari , entre 80 y 100 personas cada semana son atacadas por el virus del dengue. “En los últimos siete días se reportaron 17 casos, lo que muestra que se está controlando la epidemia”, expresó el director del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Guido Sánchez.
A una semana y 3 días de las inundaciones en Quillacollo, los niños en los barrios Canillitas, Fructuoso Mercado, y la laguna de Cota continúan caminando en medio del agua con heces fecales. El colapso de las alcantarillas y pozos sépticos se juntaron con las aguas de la inundación y continúan en las calles y viviendas.
Las 13 brigadas de salud del Sedes reportaron 146 de resfrío y 76 casos de diarrea, de las más de mil familias atendidas hasta la fecha. Por otro lado, siete equipos médicos de la Brigada Médica Cubana reflejan otras cifras.
Alrededor de 800 pacientes con enfermedades diarreicas agudas, afecciones dermatológicas como la micosis (infección producida por hongos en alguna parte del organismo) y piodermitis (bacterias que infectan la piel y sus anexos cutáneos) son atendidos a diario por las brigadas.
“Dos niños, de 2 y 5 años, con infección aguda en la piel fueron remitidos ayer al Centro de Salud de Mallco Rancho”. informó la responsable de la Brigada Nº 2, Claribel Castro.
Heces fecales se encontraron en las muestras de agua potable de la red que se extiende desde la zona del mercado central hacia el sur en Quillacollo. “Las redes de distribución están contaminadas con coliformes fecales y es un riesgo potencial para la salud”, informó el responsable de la Unidad de Salud Ambiental del SEDES, Vladimir Quispe. Para el examen laboratorial se tomaron muestras de: Canillita, Fructuoso Mercado, y la Martín Cárdenas (final).
La autoridad recomienda hervir el agua antes de consumirla, o colocar una gota de cloro para cada litro de agua y dejarlo reposar por 30 minutos. Desde ayer distribuye cloro a cada familia en un frasco de 250 mililitros. La provisión de agua es a través de carros cisternas, cubierta por la Alcaldía de este municipio.
“Los que seguimos en las casas estamos sufriendo por el agua, la comida y los malos olores. El olor a excremento y animales muertos es insoportable”, expresó Benigna López, una de las afectadas.
Los vecinos todavía requieren de bombas de agua, letrinas, ripio para las calles, forraje para los animales y víveres para su alimentación diaria.
La presidenta del Concejo Municipal, Ninoska Lazarte, anunció que hoy se reunirán con el Alcalde, el Director de Cultura y concejales para determinar el recorte de algunas actividades carnavaleras para que, con ese dinero ayudar a municipios afectados.
El apoyo llega sólo a la mitad de los damnificados, según el representante de los damnificados en la OTB Canillitas en Quillacollo, Guery Meneces. “La ayuda sólo se distribuye a las 45 familias de las carpas, pero las carpas no alcanzan para todos y muchos están en sus casas en medio del agua y con las paredes a punto de desplomarse”, dijo Meneces, atribuyendo esta deficiencia a la falta de coordinación de autoridades con los damnificados.
Un show de títeres, juegos y canciones alegraron por horas a niños afectados. Un grupo de jóvenes de la Iglesia Agua Viva de la Roca de Vinto, se trasladaron a los 7 puntos de atención a damnificados.
En el trópico trabajan ocho brigadas con fumigación y abatización (colocación de veneno para controlar el mosquito transmisor del dengue).
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