Un controvertido caso de "amputación electiva" un joven en Austria decidió cambiar su mano paralizada por una prótesis biónica.
El paciente de 26 años, llamado Milo, perdió la funcionalidad de su mano derecha después de sufrir un accidente de motocicleta hace una década.
Su mano ya fue amputada y una vez que cicatrice el muñón en algunas semanas, se le implantará una mano biónica que puede ser controlada por señales nerviosas enviadas por su propio brazo.
Ésta es la segunda cirugía de amputación electiva que lleva a cabo el cirujano vienés Oskar Aszmann.
Milo, que es de origen serbio pero ha vivido en Austria desde su niñez, también sufrió lesiones en una pierna y hombro cuando su motocicleta derrapó y se estrelló contra un poste de luz en 2001 cuando pasaba vacaciones en Serbia.
Su pierna logró sanar, pero la herida que sufrió en el hombro derecho -llamada lesión del plexo braquial- dejó su brazo paralizado.
Después de que el profesor Aszmann trasplantó tejido nervioso de su pierna logró restaurar el movimiento del brazo pero no de la mano.
Amputación voluntaria
Uno operación posterior que involucró el trasplante de tejido nervioso y muscular en su antebrazo tampoco logró restaurar el movimiento de la mano, pero al menos logró mejorar las señales eléctricas que el antebrazo recibía del cerebro, las cuales ahora serán utilizadas por la nueva mano biónica.
"Es del interés del paciente ofrecerle una solución con la que pueda vivir apropiada y exitosamente, así que no tengo problemas con cortar su mano"
Prof. Oskar Aszmann
Hace tres años, el profesor Aszmann preguntó a Milo si quería considerar una amputación electiva.
"La operación cambiará mi vida", le dijo el joven a la BBC.
"He vivido diez años con esta mano que no podrá mejorar. La única forma es amputarla e implantar una nueva extremidad", agregó.
El paciente tomó la decisión después de probar una mano "híbrida" colocada de forma paralela a su mano disfuncional con la cual podía experimentar el control de la prótesis.
Este tipo de mano biónica, creada por la compañía alemana Otto Bock, es capaz de pinchar y agarrar en respuesta a señales que envía el cerebro que son recogidas por dos sensores colocados en la piel sobre los nervios del antebrazo.
De hecho, el paciente controla la mano utilizando las mismas señales cerebrales que en el pasado habían llevado a cabo movimientos similares en su mano verdadera.
La muñeca de la prótesis puede rotar de forma manual utilizando la otra mano funcional del paciente.
Milo es el segundo paciente que se someta a este tipo de amputación electiva.
El año pasado, otro joven austriaco, Patrick, de 24 años, fue el primer paciente en el mundo que optó por una amputación para recibir un reemplazo biónico.
El profesor Aszmann también llevó a cabo esa operación.
El cirujano prefiere llamar a estas amputaciones electivas "reconstrucción biónica" y trabaja en coordinación con Otto Bock, cuyo laboratorio de investigación y producción está basado en Viena.
Controvertido
El profesor Aszmann cree que estas amputaciones son la mejor opción para los pacientes que han perdido el movimiento de extremidades y que no tienen posibilidad de recuperar ese movimiento con cirugía.
"Los pacientes me consultan con una necesidad enorme de tener funcionalidad en la mano y a partir de allí podemos evaluar el siguiente paso", señala el cirujano.
"Si un paciente no puede manejar su propia mano y yo puedo cambiar su anatomía para que logre comunicarse con una mano artificial, por supuesto que debo considerarlo y ofrecerles una mano tecnológica", agrega.
El cirujano, sin embargo, ya ha enfrentado oposición en la comunidad médica de quienes consideran que no es ético elegir de forma voluntaria la amputación de una extremidad.
Algunos incluso han pedido que cancele la operación de Milo.
Pero tal como señala el científico, la alternativa para pacientes como Milo serían años de cirugías inútiles.
"Milorad tiene ahora 26 años y desea tener una vida normal. La reconstrucción biológica de su propia mano sería una historia sin fin y al final seguiría teniendo una mano disfuncional" señala el profesor Aszmann.
"Es del interés del paciente ofrecerle una solución con la que pueda vivir apropiada y exitosamente, así que no tengo problemas con cortar su mano", agrega el cirujano.
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