Se acabó el cigarrillo al despertarse. Si estás pensando en dejar de fumar, abandonar ese primer pitillo es el mejor comienzo.
Según un estudio elaborado por la Universidad de Pennsylvania, las personas que fuman ese cigarro presentan en la sangre unos niveles más altos de NNAL (un componente carcinógeno) que los que no lo fuman, independientemente de la cantidad de tabaco que suelan consumir al día.
Gracias a los niveles de NNAL en la sangre se puede predecir el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer como el de pulmón o el de boca. Se cree que cuando alguien se acaba de levantar tiene una mayor capacidad pulmonar y por tanto inhala más humo que en otros momentos del día. De esta forma, si no quieres dejar de fumar, al menos es recomendable esperar una hora para fumar el primer pitillo. Con un poco de suerte, y siendo poco realistas... ¡Se te olvidará fumarlo y será mucho mejor para ti!
El primer aliado para dejar el tabaco es la voluntad. Uno de cada dos fumadores puede dejarlo sin ayuda. Sin embargo, actualmente existen muchos medios para superar con mayor facilidad esta etapa tan difícil:
-Los sustitutos de la nicotina; estos medicamentos, que se venden en farmacias sin receta médica, están elaborados para atenuar la falta física. Existen varios tipos: parches, chicles, pastillas que se deshacen o para chupar e inhaladores.
-Los antidepresivos; prescritos por un médico para los más "enganchados"
-Las terapias de comportamiento y cognitivas; ayudan a modificar el comportamiento o la forma de pensar. Son ideales para aprender a no recaer con la presencia de otro fumador, en el momento de tomar un café, etc. y a controlar el estrés de otro modo.
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