La actividad física afecta a la descomposición de la hormona estrógeno y contribuye a disminuir el riesgo de cáncer de mama en las mujeres posmenopáusicas, según un estudio presentado el martes en la Reunión Anual de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer.
Cher Dallal, experta en prevención oncológica, dijo en la conferencia que "pocos estudios han evaluado la influencia de la actividad física en la descomposición de estrógenos en las mujeres posmenopáusicas".
Este proceso, llamado metabolismo del estrógeno, resulta en una variedad de moléculas llamadas metabolitos.
"Este es el primer estudio que consideró la relación entre la actividad física, medida por un acelerómetro, y un conjunto de metabolitos de estrógeno medidos en la orina", explica.
Moverse hace bien
Dallal y sus colegas analizaron los casos de 540 mujeres sanas posmenopáusicas. Ninguna recibía tratamiento hormonal por la menopausia. Los investigadores midieron la actividad física con un acelerómetro, un pequeño aparato que las mujeres llevaron en la cintura durante las horas de actividad por un lapso de siete días.
Los investigadores analizaron muestras de orina para detectar estradiol y estrona, dos estrógenos ‘madre’, además de 13 metabolitos diferentes de estrógeno empleando un nuevo tipo de análisis desarrollado por el Instituto Nacional del Cáncer.
Dallal explico que este análisis novedoso puede detectar múltiples estrógenos en la orina, comparado con los usados en estudios anteriores que solo miden uno o dos metabolitos individualmente.
Los investigadores encontraron que la mayor actividad física aparece vinculada con niveles más bajos de los estrógenos ‘madre’.
Además, los niveles más altos de actividad física se vinculan con niveles más bajos de cuatro metabolitos de estrógeno específicos.
Estudio a fondo
540
Mujeres posmenopáusicas
Usaron un acelerómetro durante siete días para medir su actividad física.
13
Metabolitos de estrógeno
Se registraron gracias a un nuevo sistema de análisis.
SÍNTOMAS
Cuándo llega y qué es
1 La menopausia está marcada por la última menstruación de la mujer. Se considera que es la última cuando ha pasado un año sin tenerla.
2 Cambios en la temperatura del cuerpo. Son los llamados ‘calores’ o sofocones. Se debe a la vasodilatación. Puede haber hipertensión.
3 Hay cansancio y problemas de sueño. A veces ambos síntomas se potencian. Eso dificulta hacer ejercicios.
Análisis
Dos de cada diez mujeres se ejercita
Lucía Lijerón / Endocrinóloga
Cuesta que hagan ejercicio. Las mujeres de mediana edad tienen dificultades por el trabajo y se cansan de hacer las labores de casa. También aumenta el peso, que cuesta mucho bajar por los cambios metabólicos que hay en la menopausa. Se frustran porque no logran. Piensan que con hacer dos cosas pequeñas se lograrán resultados, pero a partir de la menopausia es más difícil.
De cada diez mujeres, dos o tres siguen un programa de ejercicios regular.
Al dejar de producir estrógenos hay cambios no solo en la piel, sino también en el metabolismo óseo. Se pierde más calcio de lo habitual y aumenta el riesgo de fracturas. Muchas no se alimentan bien y tienen déficit de vitamina D y calcio (que hay que aportar con un suplemento), y para mejorar la calidad del hueso se necesita del ejercicio. Todo va de la mano.
Hay que caminar por lo menos 30 minutos todos los días, cuatro veces por semana. Si se logra una cuadra en un minuto, es una buena opción. Lo que pasa es que a veces hay problemas articulares, dolor y sobrepeso. En esos casos el hidrogimnasio es mejor
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