La mujer adolescente es la más vulnerable desde el momento de su desarrollo, al presentarse la menarquía o primera menstruación. A partir de ese momento, está en riesgo de embarazo, pero para ello, la información, la educación y la comunicación son importantes.
Ayuda al buen comportamiento y actitudes que le crean bienestar además de cumplir con su proyecto de vida.
El inicio de una actividad sexual, los embarazos no deseados, los abortos provocados implica ser afectadas con alguna enfermedad como el cáncer cérvico uterino. Una mujer que ha iniciado una relación sexual, debe someterse a una prueba de Papanicolao y más si hay flujos, escozor o irritación en la vagina.
Otro problema es cuando no se desea el embarazo. Se practican abortos, muchas veces clandestinos, en la que no existen garantías de ser higiénicos.
La probabilidad de contagio o infección es más probable, se vuelve la mujer vulnerable a contraer no solo el cáncer, sino también otro tipo de infecciones como el VIH-Sida.
Lo peor que le puede pasar a la persona es no conocer a qué se somete por falta de información o comprometer a sus seres más queridos, por un desenlace de un problema que se puede evitar. Es una situación para reflexionar ¿qué se hace con la vida que Dios nos dio?
La salud con educación evita esos contratiempos, pensando siempre en lo que uno vale como ser viviente. Se tiene todos los medios y se tiene que saber cómo usarlos.
La vida se debe saber aprovechar con las mejores oportunidades, la salud sexual es una de ellas. Conocer cuándo se debe tener una relación sexual, cuidándose con un método de prevención para evitar el embarazo o alguna infección de transmisión sexual.
Está claro que depende de uno mismo saber cuidarse una vez iniciada la relación sexual.
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