Hace un par de semanas, la FDA dio autorización para la comercialización del medicamento Addyi (flibanserina) y muchos ya lo consideran el ‘viagra femenino’. Sin embargo, “el Addyi no está pensado para generar irrigación sanguínea en el clítoris, como si lo tiene el Viagra que tiene un efecto directo en la erección del pene. Este nuevo medicamento tiene un efecto a nivel cerebral”, expresa Alejandra Ortiz, sicóloga y máster en Estudios de Género de la Universidad Nacional. A continuación te contamos todo lo que debes saber a cerca de esta novedad médica.
DATO 1: No es ni funciona como el viagra.
“Es inadecuada llamarlo ‘Viagra femenino’ porque es un principio activo diferente. Su acción se centra sobre los neurotransmisores. Produce una disminución de la serotonina y aumenta la dopamina mejorando la líbido. El resultado no es igual en todas las mujeres y debe tomarse diariamente por meses para notar una diferencia. Actúa solo sobre una parte de la sexualidad. Debe ser formulado por un médico. Y no es de venta libre como el Viagra”, explica Javier Ardila, ginecólogo y obstetra, director del departamento de salud reproductiva de la Universidad del Rosario.
DATO 2: No es la solución a todo.
“Está muy lejos de ser la panacea para los problemas sexuales femeninos. Está enfocado únicamente en el síndrome de hipoactividad sexual (disminución de la líbido y del deseo sexual) de las mujeres, que es mucho más frecuente en el periodo premenopáusico y menopaúsico”, señala Ardila.
Lili Ceballos Posada, uróloga de la Fundación Valle del Lili y docente de Icesi recuerda que “cuando se hicieron los estudios lo que se vio es que las mujeres pueden presentar hasta media posibilidad de orgasmo más en la relación sexual. Pero no significa que las señoras vayan a estar más dispuestas a tener sexo”.
DATO 3: El mejor ‘Viagra’ está en el cerebro.
“Una relación sexual no empieza en el momento en que estamos juntos, empieza mucho antes. Dígale a su pareja cosas bonitas desde la mañana, mándele un emoticón, un mensaje. Haga un ritual de amor y seducción durante el día. A la mujer se le seduce con paciencia, con palabras halagadoras, con una flor, con una palabra bonita, con un beso cálido y amoroso. No hay mejor Viagra para una mujer que ese preambulo amoroso”, expresa la sicóloga Victoria Cabrera, especialista en temas de pareja y sexualidad, coordinadora de investigación del Instituto de La Familia de la U. de La Sabana.
DATO 4: Una luz de esperanza.
“En la actualidad nos hace falta un medicamento que mire los problemas sexuales de las mujeres para que les podamos decir: Hay esperanzas, hay algo que se puede hacer y usted puede mejorar su desempeño sexual. Las mujeres se angustian porque no tienen deseo, porque no pueden responderle a su pareja y no encuentran ningún tratamiento que pueda servirles. Están condenadas a fingir o a rechazar. A pesar de que en Colombia las mujeres no están tan acostumbradas a hablar de la sexualidad tan abiertamente, es una necesidad latente”, expresa la uróloga Lili Ceballos Posada.
DATO 5: El deseo sexual se altera.
Se habla del bajo deseo sexual en la mujer en los periodos de la premenopausia y en la menopausia por los cambios hormonales. Pero puede haber una disminución de la líbido en cualquier etapa de la vida sexual reproductiva porque también inciden problemas emocionales, de identificación sexual o padecer dolor al tener la relación. También afecta el consumo de antidepresivos o sedantes así como problemas de obesidad, estrés, diabetes, exceso en el consumo de cigarrillo o licor y el sedentarismo. La sicóloga Alejandra Ortiz recalca que “diferentes factores actúan sobre el deseo sexual en los seres humanos”.
DATO 6: Efectos secundarios.
“La gran pregunta, con respecto al medicamento aprobado por la FDA, es qué tan seguro puede ser porque uno de los efectos secundarios es que produce hipotensión severa en algunas pacientes. Y no sé si vale la pena estar mareada e hipotensa por tener 0,5 orgasmos más en el mes”, expresa la uróloga Ceballos. El ginecólogo y obstetra Javier Ardila recuerda que el medicamento ya se había presentado y rechazado por la FDA al ser considerado inseguro. Recalca que tiene efectos secundarios como disminuir la tensión arterial, producir desvanecimiento, pérdida del conocimiento. Por eso debe ser formulado por un médico”.
DATO 7: No es para todo el mundo.
“Con el medicamento se está intentado dar una voz de alivio para un problema muy específico y no todas las mujeres se beneficiarían del medicamento. Ahora viene el seguimiento para hacer estudios para ver si lo encontrado en estudios previos, corresponde a la población general”, expresa Ardila. La uróloga Ceballos recuerda que los estudios previos fueron realizados en mujeres premenopáusicas, es decir, sin una menopausia establecida y completamente sanas, dejando por fuera a mujeres que padecen otras característica de salud. “No hay estudios con mujeres con diabetes u otros problemas”, señala.
DATO 8: Menos píldoras y más inspiración.
“En una relación romántica, el otro debe ser quien nos inspire. Y si así sucede, no habría necesidad de recurrir a un medicamento. Sicológicamente hay mujeres más activas que otras. Habría qué mirar por qué a esa mujer no le inspira ese hombre o viceversa para que funcione la relación de manera adecuada. Cuando se recurre a los medicamentos, se deja de lado la personalización de la relación romántica, se está dejando de lado esa inspiración que la otra persona me debe provocar. Y mi cerebro solo reacciona ante la inspiración que me da esa persona”, señala la sicóloga Cabrera.
DATO 9: El deseo sexual no se mide.
La pregunta que muchas mujeres hoy se hacen es: ¿Existe alguna manera de saber si mi deseo sexual está en un buen nivel? Cabrera explica que se han sacado promedios que indican que el promedio de las relaciones sexuales es de más o menos uno o dos encuentros por semana. Pero advierte que en pareja hay que ponerse de acuerdo: “La relación sexual no está basada en lo que quiera uno, sino en lo que quieran los dos. En saber qué les gusta y qué les satisface. No depende de lo que digan las amigas. Hay que preocuparse mejor por satisfacerse mutuamente”.
DATO 10: Conozcámonos mejor.
“Un gran avance sería que cada mujer logre conocerse mejor y, así mismo, comunicar sus deseos libre de prejuicios o culpas para que sus relaciones sean mucho más placenteras”, expresa Alejandra Ortiz, sicóloga y máster en estudios de Género. Para la especialista en temas de pareja Victoria Cabrera, “a los hombres también hay que enseñarles de sexo y de sexualidad porque la sexualidad no es solamente tener una relación de penetración sino todo el conjunto que va desde el momento en que alguien te gusta. Deben aprender a dar y no solo pretender recibir. Hay que educarnos todos”.
DATO 11: La píldora, un llamado a fijarse más en el universo de la mujer.
Ortiz, especialista en temas de género, considera importante que desde la ciencia “se piense sobre las necesidades sexuales de las mujeres, pero que se muestre como es y cada una escoja si quiere o no usarlo.
Creo finalmente, que necesitamos más desarrollo y más investigación para que las experiencias tan propias de las mujeres como la menstruación o el parto, también sean una fuente de más gozo y menos dolor”. Aún hay muchas tareas pendientes con las mujeres.
DATO 12: El deseo sexual, al natural.
Para aumentar o mejorar el deseo sexual no es necesario tomar píldoras. María Ferrer, especialista en tantra y directora de Dhakini Healing Ways en Colombia, sugiere apelar al sexo tántrico (sexo sin penetración) porque “contribuye a restablecer el estado natural de la inocencia y lo erótico que todos tenemos. Con ejercicios de respiración y meditación la energía fluye y llega el deseo, el tantra no excluye nada. Hay que alejar el consumo que lo que busca hacernos creer que necesitamos de otros incentivos y “ayudas” para sentir placer sexual.
DATO 13: Una píldora no garantiza sexo placentero.
“Nadie puede determinar cuáles son los estándares de una relación sexual placentera, simplemente no existen. Nos han vendido ideas como que debe llegarse como mínimo a tener un orgasmo, que debe ser entre hombre y mujer, que debe durar en promedio ‘X’ tiempo y esas ideas son las que llegan a frustrar a las personas cuando encuentran su realidad diferente sin permitirles explorar sus cuerpos y llegar a conocerse a sí mismas”, expresa Alejandra Ortiz Valencia, sicóloga y máster en Estudios de Género, Universidad Nacional de Colombia.
DATO 14: La falta del deseo sexual: un problema de dos.
Aunque la mujer padece la disminución del deseo, “la sexualidad no se debe trabajar de manera personal sino que las relaciones sexuales son de dos. Siempre hay que hablar con la pareja. A veces las mujeres hacen lo que sea por mantener al hombre contento sin ellas ser felices, y eso es muy complejo”, expresa Cabrera.
Entre tanto Javier Ardila, ginecólogo y obstetra, sugiere hacer un manejo multidisciplinario con ginecólogo, urólogo, sicólogo o siquiatra para identificar los problemas físicos y emocionales de una pareja.
DATO 15: Se abre una puerta para discutir
“Una ventaja de este revuelo que ha generado la aprobación de la comercialización de un medicamento es que pone a todo el mundo a hablar de la sexualidad femenina. Da el espacio para las mujeres que sufren en silencio y que se no atreven a hablar. Aquí se dan cuenta que no les pasa a ellas solas. Sino que es de muchas otras”, opina la uróloga Ceballos. Y como anota Cabrera: “Hay que entendernos como hombres y mujeres, ellos conocer nuestra naturaleza y nosotras entender la dinámica masculina”.
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