La transpiración o sudoración es una función de la piel para mantener constante nuestra temperatura corporal. Sin embargo, la hiperhidrosis o exceso de sudor impredecible e incontrolable puede dificultar las relaciones sociales y laborales del paciente.
¿Qué es la hiperhidrosis? La hiperhidrosis es el exceso de sudor o transpiración excesiva que se produce de forma espontánea, sin ser causada por temperaturas altas o por situaciones de tensión física o emocional.
Zonas corporales afectadas. Se observa, sobre todo, en manos, axilas, pies y región púbica, debido a la alta concentración de glándulas sudoríparas en estas zonas.
Tipo de hiperhidrosis Esta se divide en dos tipos y son: Hiperhidrosis primaria, se inicia por lo regular en la infancia o pubertad dura toda la vida. Se estima que el 5% de la población mundial la padece y hasta el 65% de los afectados tiene otro miembro de la familia con el mismo trastorno, por lo que es una enfermedad hereditaria.
Hiperhidrosis secundaria, puede iniciarse en cualquier etapa de la vida y se debe a trastornos como la glándula tiroidea o pituitaria, infecciones, diabetes mellitus, tumores, menopausia, ingesta de fármacos, desórdenes hormonales, problemas de peso y problemas psicóticos.
Tratamiento. El control y el tratamiento de la hiperhidrosis dependerán de la severidad del problema. Este mal puede variar desde una sudoración incontrolable en todo el cuerpo, hasta una sudoración en áreas más específicas.
Para combatir esta enfermedad según el grado de complicación, existen los siguientes tratamientos: antitranspirantes de grado farmacéutico, iontoforesis (corriente eléctrica de bajo voltaje), medicación oral, toxina botulínica (botox) y cirugía de simpatectomía (consiste en el corte o resección de la cadena ganglionar simpática a nivel del tórax).
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