Fue a finales del siglo XIX cuando se idearon las lentes de contacto que conocemos en la actualidad, gracias al trabajo del soplador de vidrio alemán F. A. Müller. No obstante, fue el gran Leonardo da Vinci el primero que pensó en la posibilidad de corregir la vista, algo que desarrolló en mayor profundidad René Descartes y, posteriormente, médicos alemanes y franceses. Eran los primeros pasos hasta llegar a algo tan común en nuestro día a día como unas lentes de contacto.
Hoy en día, hay lentillas para casi todos los problemas y personas. Aunque popularmente se cree que solo son aptas para personas con miopía, las hay también para corregir la hipermetropía, el astigmatismo, y hasta progresivas, ideales para la presbicia, conocida popularmente como "vista cansada", y que se sufre a partir de la mediana edad. Y, por supuesto, también las hay simplemente decorativas, un complemento más, al igual que el bolso o los zapatos, para los más atrevidos.
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