La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió ayer sendas pautas para evitar errores en los diagnósticos de microcefalia en recién nacidos y para el tratamiento de personas afectadas por el Síndrome Guillain Barré, situaciones asociadas a la propagación del virus del Zika en América Latina.
La microcefalia es la condición en la que el bebé tiene una cabeza más pequeña comparada con otros bebés del mismo sexo y edad. Aquellos que nacen con ese defecto sufren el riesgo de retraso mental y discapacidad intelectual, incluyendo problemas de audición y de visión.
Sin embargo, “una proporción de esos niños tendrán un desarrollo neurológico normal”, aclara la OMS en su guía.
Entre las recomendaciones que se enumeran está la de medir la circunferencia de la cabeza (perímetro cefálico) “con técnicas y equipos estandarizados, al menos 24 horas después del nacimiento y dentro de la primera semana de vida”.
A continuación, la circunferencia debe interpretarse utilizando una medición de desviación estándar específica para el sexo y la edad gestacional.
En relación al Síndrome Guillain Barré (SGB), la OMS pide igualmente que los trabajadores sanitarios sean formados adecuadamente en “el reconocimiento, evaluación y tratamiento de los pacientes”.
Concretamente, deberían potenciarse las técnicas de análisis neurológico y la formación en el tratamiento del síndrome.
Los exámenes deberían hacerse a todos los pacientes sospechosos de padecer del SGB.
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