¿Alguna vez has intentado recordar, sin éxito, una palabra que tenías en la punta de la lengua? Cuando esto sucede usamos un glosario de alternativas para llenar ese vacío temporal.
El término técnico que se refiere a este tipo de olvidos es "letológica" que es el olvido de una palabra y la huella de esa palabra perdida en alguna parte de nuestra memoria.
El cerebro no funciona como una computadora, donde los datos están almacenados ordenadamente y se recuperan pulsando un botón. Y, como dijo el psicólogo Tom Stafford, "nuestra memoria es impresionante, pero responde a la cantidad de asociaciones que hacemos con información nueva, no a qué tanto queremos recordar".
Recordar cada una de las palabras de nuestro vocabulario puede ser difícil. Y las que raramente usamos, incluidas nombres propios, son las que más a menudo olvidamos.
Nuestras mentes son asociativas y se construyen en base a modelos de información interconectada, por eso recordar una palabra dependerá de esas asociaciones a otras partes importantes de información.
Así, muchas de las palabras almacenadas en nuestra memoria que raramente usamos pueden ser más difíciles de recordar a corto plazo, ya que todavía no se formaron los enlaces necesarios a otras informaciones importantes que hacen que nuestra memoria sea fácilmente recuperable.
Con datos de la BBC
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