Si estás pensando en tener hijos, revisa tu dieta. Aunque la edad es una de las circunstancias que más afecta a la capacidad reproductiva de las parejas, el estilo de vida también juega su papel. A partir de los 35 años, la cantidad y calidad de los óvulos se reduce. Ellos tampoco se libran. Las probabilidades de ser padre para un hombre a partir de los 41 años disminuyen un 7% anual. Pero también es cierto que con la misma edad biológica, hay personas que se mantienen estupendas y otras que están para el arrastre. Y con la fertilidad pasa lo mismo.
El 70% de las mujeres en edad reproductiva no se alimenta correctamente, de acuerdo con los datos recogidos por la clínica Ginefiv. «El principal problema que tenemos en reproducción asistida es la edad avanzada. La media está en 39 años, casi cinco años más que en 2006, pero el hecho de no cuidarnos complica aún más las posibilidades de conseguir un embarazo y de que vaya bien», explica a ABC la doctora Victoria Verdú, coordinadora de ginecología de este centro.
El sobrepeso es un factor que influye negativamente en la posibilidad de concebir. «Un IMC por encima de 30 nos baja mucho las posibilidades de embarazo. La calidad de los óvulos está disminuida y las tasas de implantación son más bajas, incluso con óvulos de donante. En los varones también se incrementan las anomalías en las muestras de semen», asegura la especialista.
Para cuidar la fertilidad, en opinión de la doctora Verdú, en la dieta de hombres y mujeres no deberían faltar:
-Los alimentos ricos en antioxidantes. Con cinco raciones de frutas y verduras al día ya tenemos una buena fuente de antioxidantes naturales. El aceite de oliva virgen o los frutos secos son otros ejemplos. También las legumbres, los alimentos con vitamina C (cítricos), carotenos (vegetales de colores vivos), el selenio (moluscos) o el resveratrol (presente en la uva, el mosto y el vino tinto).
-También es recomendable aumentar el consumo de hierro, presente en mayor proporción en almejas, berberechos y chirlas, el hígado o los pistachos. Hay que tener en cuenta que el de origen animal es el que mejor se aprovecha. Lo ideal es que cuando comamos un alimento rico en este mineral tomemos otro con vitamina C porque ayuda a su absorción.
-Es aconsejable consumir Omega3, que son ácidos grasos esenciales muy presentes en el pescado azul, al menos tres veces por semana. También lo encontramos en las nueces.
-El zinc, presente en las legumbres, el pescado, la yema de huevo, los cereales integrales, la soja, la levadura de cerveza, las sardinas o los mariscos Las mujeres embarazas con niveles de zinc muy bajos podrían tener un riesgo más elevado de abortos, embarazos extensos y partos prolongados.
- Vitamina D Se encuentra principalmente en pescados como el bacalao, el rodaballo o las sardinas, así como en la leche o los huevos. Para sintetizarla se necesitan unos diez minutos diarios de exposición solar sin protección. «Unos niveles adecuados de vitamina D pueden favorecer la implantación embrionaria y disminuir la tasa de aborto», señala la experta.
-Evitar la cafeína. Investigaciones muestran una correlación entre el consumo elevado de cafeína y las dificultades para lograr el embarazo. Se recomienda limitar la ingesta a dos tazas de café por día.
-El ejercicio, en su justa medida. Cuando buscamos un embarazo, lo recomendable es practicar «un deporte controlado, como nadar o correr, dos o tres veces por semana, en sesiones de unos 40 minutos». «El deporte extremo incrementa el estrés oxidativo y, en los hombres, baja la calidad de la muestra de semen», avisa la doctora Verdú.
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